Paul Auster es una presencia potente en esta edición de los premios "Princesa de Asturias" a pesar de sus esfuerzos por pasar desapercibido y no hacer sombra a su esposa, Siri Hustvedt. "Solo soy su marido", fue lo único que llegó a responder cuando este periódico lo abordó ayer por la mañana, deambulando por el vestíbulo del hotel de Lla Reconquista, donde se aloja con su mujer. Auster, que recogió el mismo premio en el año 2006, conoce bien los mecanismos de la fama y parece haber decidido mantener un perfil bajo durante su estancia en Oviedo.