"You can celebrate. You can Learn anything" (Puedes celebrar. Puedes aprender cualquier cosa). Partiendo de la premisa de que toda persona puede alcanzar cualquier reto que se proponga siempre que comience con "un optimismo loco", el matemático e ingeniero, premio "Princesa" de Cooperación Internacional, fundador de la Khan Academy, realizó ayer en el colegio del Corazón de María de Gijón un ejercicio de desnudo para explicar las interioridades de su método de enseñanza -gratuito y basado en las nuevas tecnologías- que alcanza a más de 80 millones de usuarios en todo el mundo. "Se pueden hacer grandes cosas cuando dejamos a las personas desarrollar todo su potencial", aseguró este analista de fondos de riesgo que abandonó su empleo para poner en marcha una idea revolucionaria, que definió como "la oportunidad del milenio".

La Academia Khan -19 nuevos millones de usuarios registrados cada mes, 200.000 profesores implicados, 40 idiomas distintos- nació como una organización sin ánimo de lucro que proporciona educación gratuita a través de Internet con vídeos explicativos en materias diversas como Matemáticas, Ciencia o Historia. Quiere llegar a la redonda cifra de 3.000 millones de estudiantes y lograr algún día la convalidación de las clases de su academia que comenzaron de una forma humilde para ayudar a su prima Nadia con los números. "Todos somos aprendices de algo", recalcó quien se siente todavía en proceso de desarrollo. No dudó a la hora de confesar el miedo de los inicios: "Me despertaba por las noche sudando, muy estresado". Después llegaron los donantes, desde Bill Gates a Google. Y continuaron los vídeos, y las clases online y chicas de Angola o Afganistán pudieron lograr sueños casi imposibles en su vida. "La conexión humana nunca podrá ser sustituida por una máquina", reflexionó a preguntas del público sobre la era de la robotización y la inteligencia artificial, "pero la tecnología nos permite tener mayor conexión entre humanos".

Como un perfecto neurocirujano, con capacitación suficiente para el uso del bisturí en algunas de las zonas más sensibles del género humano, Khan intervino en una operación de precisión ante un público heterogéneo para explicar las claves de su método. "Ha moldeado el cerebro de millones de personas con un bisturí muy valioso: la educación", subrayó el investigador y divulgador científico Amador Menéndez, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, que actuó como presentador del acto.

Y a la vista del resultado, el ideal de Khan tampoco podía ser de este mundo. Encuentra inspiración en "Star Trek" y la perfecta simbiosis entre el hombre y la máquina. "Si la automatización crea un mundo nuevo, hay que decidir. Para mí el mejor sería 'Star Trek', donde todos somos artistas, ingenieros, exploradores, lo que queramos... y las máquinas hacen su trabajo. Entre todas las utopías es la mejor que podemos lograr en el horizonte de 20 o 30 años", aseguró. ¿Sorprendidos? Todavía quedaba algún otro momento de pasmo. El bautizado como 'maestro del mundo' gracias a su capacidad pedagógica, su visión de futuro y un método innovador cuestionó del método de enseñanza tradicional por la presencia "lagunas o brechas", porque "hasta el mejor estudiante las tiene y se van acumulando". Uno de sus sueños es convertir el trabajo que están realizando desde la Khan Academy en credenciales, esto es, que sea reconocido por el sistema educativo para el acceso al mundo laboral. En los próximos tres años verá la luz su próximo proyecto de inteligencia artificial.

Su método, "sin tiempos fijos más allá que el objetivo de dominar un concepto", viene de "humanizar la experiencia de aprendizaje" gracias a la tecnología. En EE UU ha probado que hay chicos que avanzan entre un 30 y un 40% más rápido en los estudios si usan su método. E insiste: "Aprovechemos la tecnología para que todo el mundo tenga educación igual que agua potable. Es como otro derecho mas", se despidió. En unas horas (mañana jueves a las 12 horas) estará de vuelta en Gijón, en el colegio de la Inmaculada para proponer a los chavales un reto matemático. Abran sus mentes.