Salman Khan, premio "Princesa de Asturias" de Cooperación Internacional 2019, compartió ayer la mañana con los docentes y los estudiantes de la Facultad de Formación del Profesorado, en el campus ovetense de Llamaquique. Les habló de los orígenes de la Khan Academy, la plataforma educativa que creó de la nada utilizando recursos como internet y los vídeos compartidos, y les hizo tomar conciencia de que ocuparse de la educación de la gente es tener en las manos sus vidas y su futuro. "Estamos en un momento decisivo de la historia. Las fuerzas sociales nos obligan a cambiar, la robótica va a introducir cambios en lo que significa ser un ser humano y tenemos que tomar decisiones sobre dónde queremos estar: en la base, con trabajos que pueden hacer los robots, o arriba, formando parte de la sociedad del conocimiento", dijo, dirigiéndose a los cientos de estudiantes que llenaban el salón de actos del centro.

Por la tarde, en la rueda de prensa que dio en el hotel de la Reconquista, el cerebro de la Khan Academy, proclamó su confianza en el futuro. "La educación no ha fracasado, la educación pública ha tenido un gran éxito en los últimos 200 años, entonces un 20 por ciento de la población tenia la posibilidad de aprender a leer, ahora es el cien por cien", afirmó.

En la Facultad de Formación del Profesorado, Khan fue recibido por el decano, Celestino Rodríguez, y por el Rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda. Al acto también asistieron los consejeros de Educación, Carmen Suárez, y de Investigación, Borja Sánchez, que tomaron asiento en un auditorio rebosante de alumnos y profesores.

En su charla se remontó 15 años atrás, a Boston, y contó su "sorprendente" historia, que empezó con los problemas escolares de su prima Nadia, que vivía a más de 2000 kilómetros de distancia. No comprendía la conversión de unidades, y en una semana, gracias a las tutorías de Salman Khan, consiguió "reprogramar su cerebro", hasta acabar adelantando en conocimientos a toda su clase. Khan extendió sus tutorías a más primos y "así empezó la Khan Academy". "Siempre vamos a ser estudiantes, porque siempre estamos aprendiendo", comentó Khan, haciendo un alto en su relato, y siguió avanzando en su narración del desarrollo de la Khan Academy, hasta su reunión con Bill Gates y los responsables de Google "En 2016 se alinearon todos los planetas", dijo, y su plataforma educativa tomó impulso.

Khan ilustró su discurso con historias como la de Sultana, una niña que vivía en Afganistán y que no podía ir a la escuela por la prohibición impuesta por los talibanes; su hermano le consiguió un ordenador y una conexión a internet y ella empezó a estudiar en la Khan Academy, a los 16 años decidió que quería ser física cuántica. Logró examinarse en Pakistán, atravesando una de las fronteras más peligrosas del mundo a escondidas de sus padres, y obtuvo una buena nota. Fue entonces cuando "The New York Times" se hizo eco de su epopeya y la joven tuvo acceso de ese modo el estatus de refugiada para formarse en Estados Unidos.

Por la tarde, en la sala de prensa en la que los galardonados van rotando para responder a los medios de comunicación, Khan reflexionó sobre cuestiones como la separación entre ciencia y humanidades: "No se puede entender la historia sin entender los avances de la tecnología, es poco afortunado separarlas y menos afortunado aún es pensar que unos son buenos en uno y otros en otro, en el futuro todos tekhanndríamos ser buenos en todo".