Los cuatro miembros de la tristemente popular "Manada", acusados esta vez de supuestos abusos sexuales y de atentado contra la intimidad a una joven en Pozoblanco (Córdoba), se declararon inocentes, ayer, en la primera jornada de la vista oral, y se acogieron a su derecho a no declarar. El primer día del juicio, en la Ciudad de la Justicia de Córdoba, estuvo dedicado a dilucidar diversas cuestiones previas planteadas por las partes, entre ellas la de mayor trascendencia fue la validez de la prueba de vídeo que dio origen a la investigación del caso y en el que se ve a los acusados tocando los pechos y besando a la víctima.

El titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Córdoba resolvió rechazar la nulidad de dicha prueba, solicitada por la defensa. El juez entiende que será durante las pruebas testificales de los propios acusados -que se han negado a declarar- y de los investigadores cuando podrá determinar si el vídeo se obtuvo "de forma ilícita" o la investigación "fue prospectiva o no". El juez entiende que, si bien el vídeo en cuestión es "ciertamente determinante", no es la "única" prueba que se manejará en el juicio.

El vídeo en cuestión fue hallado por la Policía durante las investigaciones por la violación múltiple de Pamplona, en el teléfono de uno de los cuatro acusados -Alfonso Jesús Cabezuelo, José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero y Jesús Escudero-, y fue la prueba que desveló la posible comisión del delito que ahora se juzga y por el que el fiscal solicita siete años de prisión para cada uno de los acusados.

El abogado defensor, Agustín Martínez Becerra, solicitó la suspensión del juicio al considerar que el vídeo se había obtenido "vulnerado derechos fundamentales" de los acusados. También alegó que "no había denuncia" sobre los hechos de Pozoblanco y que fueron la Policía de Pamplona la que localizó a la víctima para que la presentara.