Oviedo, Elena FDEZ. -PELLO

El arquitecto Nicolás Arganza García recibió ayer el II Premio Castelao, otorgado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias, en el corazón de una de las obras que mejor lo representan, la sede del Banco de España en Oviedo, que proyectó con Ramón Cañas hace cerca de treinta años. Arropado por la familia, los compañeros de profesión y muchos de sus antiguos clientes, el tinetense, que firma algunos de los edificios, públicos y privados, más reconocibles de Oviedo y de Asturias, se quitó importancia. "Me tocó seguir la estela de los arquitectos que introdujeron el movimiento moderno en Asturias: Castelao, Vallaure, Vaquero Palacios...", declaró con sencillez, tras haber recogido el premio y allí mismo, desde el estrado, desgranó agradecimientos a los pequeños talleres y los profesionales que le ayudaron a materializar sus ideas y con los que tuvo la oportunidad de colaborar.

Arganza, de 87 años, fue el protagonista de un acto que acabó convertido en un doble homenaje, a su faceta profesional y a su trayectoria vital. La ceremonia del premio "Castelao" tuvo lugar en la segunda planta del edificio de la calle Conde de Toreno, en un salón de actos habilitado expresamente para el acto y presidido por el primer boceto que Arganza pintó de él, proyectado en la pantalla frontal. A unos metros, en una sala de la misma planta, estaba expuesta una colección de dibujos y planos de la sede.

Abrió el acto la consejera del Banco Paz Andrés, que se refirió al edificio como a "una de las obras más singulares surgidas del espíritu creador de Nicolás Arganza".

A lo largo de la tarde fueron pasando por el estrado personalidades de los distintos ámbitos en los que el arquitecto ha desarrollado su actividad, laboral y vital. El vicepresidente de la Federación Española de Rugby, Juan José García de Luna, por ejemplo, que reconoció en Arganza, seis veces internacional con la selección española en su juventud, a un deportista que "marcó el camino". García de Luna viajó a Oviedo con la grabación en vídeo de la felicitación de los capitanes de la selección nacional.

José María García de Acilu, decano del Consejo Superior de Colegio de Arquitectos de España, habló de Arganza como de "un faro para las generaciones sucesivas". El decano del colegio asturiano, Alfonso Torre, se remontó al Tineo de los años 40, en el que el pequeño Nicolás Arganza sobresalía en el colegio por su habilidad para el dibujo y las matemáticas y, tras repasar su vida, concluyó que su trayectoria profesional ha sido "larga y fértil". Torre y el presidente del Principado, Adrián Barbón, entregaron la distinción a Arganza. Barbón destacó que "su trabajo contribuyó al crecimiento y expansión de esta ciudad en los años setenta y ochenta del siglo pasado".

El concejal Luis Pacho intervino en el homenaje en representación del Ayuntamiento de Oviedo y trasladó a Nicolás Arganza "el cariño y el respeto" de sus trabajadores.

La familiar fue, sin duda, la parte más emocionante y divertida del acto, con las intervenciones de su hijo Javier y su nieto Nicolás, y un montaje en vídeo de las felicitaciones que sus hijos y nietos le enviaron. El más lejano, el de su bisnieto Miguel desde Filipinas.