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La ley de Incompatibilidad empuja al titular de "El León de Oro" a dejar la docencia

"Es una pena que quien tiene una vida artística no pueda transmitirla a sus alumnos", lamenta Marco García de Paz, director del coro luanquín

Marco García de Paz, director y fundador del coro "El León de Oro". LNE

Marco García de Paz, fundador y director del coro luanquín "El León de Oro" -una de las instituciones musicales de referencia en Asturias- dará mañana su última clase en el Conservatorio Profesional de Música de Gijón. El suyo es el mismo caso de muchos otros profesores en Asturias, a los que una aplicación estricta de la ley de Incompatibilidades por parte del Principado ha obligado a elegir entre docencia y arte. García de Paz abandona la primera y dice que lo hace "con pesar", pero no se resigna a renunciar a su faceta creativa.

García de Paz estrenará la semana que viene una excedencia de dos años, el periodo mínimo contemplado por la ley. Si agotado ese plazo quisiera volver a la enseñanza tendría que optar a un concurso de traslado, como un recién llegado, y esperar a que haya una plaza vacante. Asume que la que acaba de tomar es "una decisión bastante arriesgada: era jefe de departamento, con trienios y sexenios, y vivía confortablemente, pero prefiero renunciar y llenar mi vida con la música, aunque la docencia es mi vocación".

El director del coro "El León de Oro" ha tomado la misma decisión que el clavecista y director de orquesta Aarón Zapico -una referencia nacional en la música barroca con su formación "Forma Antiqva"-, que hace un par de años se vio en la misma disyuntiva. El resto de los afectados por la aplicación de la normativa, entre los que hubo músicos de la OSPA, optó por su plaza como profesor. Lo que García de Paz y Zapico no comprenden es que lo que debería ser "un plus", al enriquecer la experiencia docente con la propia experiencia, en Asturias es un obstáculo insalvable.

A Aarón Zapico, que tuvo que dejar sus clases de clave en el Conservatorio Superior de Música de Oviedo también por incompatibilidad, volvió a abrírsele hace unas semanas la posibilidad de incorporarse, que no ha prosperado. Algunas clases coinciden con tres conciertos que tiene programados para el año que viene y la Administración es inflexible, descartando la posibilidad de modificar y hacer ajustes en el horario, según el músico. Zapico calcula que, con la apertura de un nuevo proceso de selección, los alumnos, matriculados en septiembre, no tendrán profesor de clave, al menos, enero del año que viene. "La Consejería no muestra la más mínima sensibilidad, a pesar de que afecta a decenas de profesores y cientos de alumnos", lamenta Zapico.

Zapico estuvo en su día al frente de la plataforma que intentó abrir negociaciones con la Consejería de Educación para resolver este asunto. Explica que las restricciones comenzaron en 2013, a raíz de un llamativo caso de exceso de jornada. Desde entonces, la Administración educativa empezó a "mirar con lupa" a los profesores de enseñanzas musicales.

García de Paz, vinculado al Conservatorio de Gijón durante 21 años, se las iba arreglando, pidiendo para sus conciertos días sin sueldo. Lo hacía, dice, puntualmente y garantizando la atención a sus alumnos. Asegura que nunca hubo queja de ninguno. Recientemente, tras solicitar unos días libres en diciembre, cuenta que recibió una advertencia del departamento de personal docente de la Consejería de Educación. Eso fue lo que le ha empujado a pedir la excedencia.

Con la ley en la mano, admite que lleva las de perder y no tiene interés ni intención de enemistarse con la Administración, pero opina que "es una pena que quien tiene una vida artística no pueda transmitirla a sus alumnos". Sostiene que en los países del ámbito anglosajón no solo se anima a los profesores a que compatibilicen las clases con los conciertos y recitales, sino que se les exige.

La aplicación de la ley de Incompatibilidades, que data de 1985, es "más laxa" en otras comunidades, según Zapico: "En la mayoría, cada centro lo regula autónomamente, y establece un número determinado de días disponibles, cinco o seis, y un calendario de recuperaciones".

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