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La vida es juego

Una de "Star Wars" muy a la moda

El nuevo juego de "La guerra de las galaxias" se acoge a la fórmula "Metroidvania" para triunfar en ventas

"Star Wars Jedi Fallen Order".

Decíamos ayer que el tiempo en los videojuegos va a toda prisa. Quizá por compartir cama con la tecnología, la industria es disímil de otras artes. Si en la pintura, por poner un ejemplo, unas características comunes a varios autores se considera un estilo cuya vigencia puede durar décadas, en videojuegos, que aún son un arte candoroso, no hay tanta pompa y solamente se habla de modas. Si hace unos años todos los videojuegos tenían que ser sí y solo sí de "mundo abierto", hoy la fórmula que triunfa como la Coca-Cola es la de hacer un "Metroidvania" con tintes de "Souls".

La palabra "Metroidvania" resulta de juntar el nombre de dos sagas archifamosas: "Metroid Prime y "Castlevania". Son una clase de juegos de aventuras en los que hay plataformas y el escenario, aunque cerrado, no es lineal. Es decir, hay que ir descifrando diferentes enigmas para acceder a nuevas partes del mapa. Lo que implica avanzar y retroceder una y otra vez.

Lo de "Souls" viene por la saga de videojuegos japoneses de "Dark Souls" -herederos espirituales de "Demon's Souls"-. Son una clase de videojuegos firmados por Hidetaka Miyazaki, un señor de Japón, famoso por hacer divertido que el jugador muera una y otra vez en la aventura de terminar sus juegos. Su última idea fue "Sekiro", una propuesta aclamada por incorporar un sistema de combate revolucionario.

Tanto se han extendido estas dos formas de hacer videojuegos que el último de "Star Wars" bebe directamente de esta influencia. El juego, ya disponible para consolas, basa su fuerza -no es un chiste- en un diseño de niveles en los que hay que ir desvelando nuevas rutas. También en una forma de luchar con el sable láser muy similar a "Sekiro" y que ha hecho las delicias de la prensa especializada. Tiene en Metacritic un 80, que no es la mejor nota de la historia pero no está nada mal.

Hoy parece que no hay otra manera de lograr el éxito en los videojuegos de aventuras que acogiéndose a esta fórmula. Hay ejemplos gloriosos este curso que merece la pena echar un vistazo. "Blasphemous", por ejemplo, es una maravilla con sello español que sería uno de los juegos del año de no ser por un control tan absurdamente impreciso que parece que complota contra la salud mental del jugador.

Aunque esta forma de hacer juegos es interesante, ya hubo otras modas que explotaron más fuerte que la burbuja inmobiliaria. En 2017, salió "Sombras de guerra", un juego basado en "El Señor de los Anillos" -disponible ahora en PS Now- que de solo ver el mundo abierto lleno de misiones secundarias baldías daba cascancia solo con tocar el disco. Y antes estuvieron los juegos musicales, que lograron que compráramos guitarras, baterías y hasta mesas de pinchar de plástico del malo que hicieron a la gente creerse que podía ser Angus John hasta que se dieron cuenta de que ni en un millón de años.

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