La profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo Yayoi Kawamura ha recibido con un especial interés y disfrute la última exposición temporal inaugurada por el Museo de Bellas Artes de Asturias, "Hishiryo. Siempre es ahora", que reúne obras de la última etapa pictórica de Kely Méndez Riestra, fallecida en el año 2013 y en las que la artista se adentró en el mundo del zen. Kawamura, nacida en Japón, comenta que, lógicamente, la temática y la estética le resultan muy familiares y opina que el montaje y el catálogo de la exposición son, sencillamente, "estupendos".
Ella es una de las socias fundadoras de la Asociación de Amigas del Museo de Bellas Artes de Asturias, que se presentó oficialmente el 5 de noviembre. "No es una asociación para buscar beneficio personal, más bien como un micromecenazgo: granito a granito de arena se puede llegar a hacer grandes cosas", explica. Con esa filosofía ha emprendido su andadura Amigos del Museo, que no es más, según Kawamura, que la cristalización de un runrún que se escuchaba en la calle desde hace años. Con la apertura de la primera pase de ampliación y la programación regular de actividades, un grupo de cinco ciudadanos, entre los que estaba Kawamura, pensó que "la idea había madurado y ya era el momento de hacer algo".
La historiadora, que lleva una vida residiendo en Oviedo y que fue la pregonera de las pasadas fiestas de San Mateo, apuesta por "la vinculación de la sociedad civil con el Museo". "Es muy importante que haya una asociación de ciudadanos que represente al Museo", añade. "Es nuestro Museo, yo lo siento muy cercano", afirma, ya en un plano más personal. Echa en falta más espacios y está expectante ante la comprometida segunda fase de ampliación de la pinacoteca. "Tenemos que reclamarla todos", anima.
Kawamura cuenta que los promotores de la asociación están ahora entregados a "consolidarla, con programas de difusión, y yendo a otras ciudades, porque el Museo está en Oviedo pero es de Asturias". El número de socios, comenta, está aumentado día a día.
La historiadora responde sin dudar a la pregunta sobre el punto fuerte de la colección de la pinacoteca: el Apostolado del Greco, "indudablemente, de los mejores que hay en España". Eso en lo que se refiere a la pintura más antigua, pero además destaca la calidad de la parte moderna, "con la que se puede hacer un completo repaso a la historia del arte contemporáneo en España".
