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Madrid, la Cumbre del Clima de las prisas

La Conferencia de la ONU, organizada en un tiempo récord, tratará de impulsar desde hoy el Acuerdo de París y dar respuesta a la declaración de emergencia en la UE l Greta Thunberg, que cruza contra reloj el Atlántico en catamarán, aún no divisa la Península

Comida a bordo del "La Vagabonde", con Greta junto a su padre, Svante.

No hay tiempo que perder. Europa acaba de declarar la "emergencia climática" y, a nivel global, urge cerrar la letra pequeña del Acuerdo de París para que sea operativo a partir de 2020. En juego está detener el calentamiento global, la salud del planeta, según los expertos. La XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP25), que comienza hoy en Madrid, será la Cumbre de las urgencias. Y es llamativo que haya tenido que organizarse a todo correr en la capital de España dada la imposibilidad de celebrarse en Chile. El cambio de sede pilló a la joven activista sueca Greta Thunberg con el pie cambiado, pisando suelo norteamericano, y su llegada a Madrid aún es una incógnita. Ella simboliza como nadie la lucha contra el cambio climático y, en esta ocasión, también las prisas.

Jefes de Estado y de Gobierno; representantes de ejecutivos de 196 países, de organizaciones internacionales y de grandes empresas; actores de la sociedad civil y de distintas ONG ambientales, y medios de comunicación de todo el mundo se dan cita hasta el próximo día 13 en la COP25 de Madrid, en la que se tratará de impulsar la acción mundial contra la emergencia climática.

En el aspecto más técnico de la Cumbre, las negociaciones se centrarán en implementar el único aspecto que queda sin acordar para la operatividad plena, a partir de 2020, del Acuerdo del Clima de París, que toma el relevo del Protocolo de Kioto: el artículo 6, referido a la regulación de los mercados de carbono. Sin embargo, el foco de esta cita se ha puesto en la importancia de que los países firmantes anuncien su voluntad de aumentar la ambición climática, incrementando sus contribuciones nacionales de reducción de CO2, algo que deberán expresar formalmente a lo largo de 2020. El pasado jueves, el Parlamento Europeo declaró la "emergencia climática" en la UE, lo que eleva la presión sobre los estados miembros para actuar.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, exigió ayer mayor voluntad política para que el reto que tiene el planeta en la lucha contra el cambio climático no sea "inalcanzable". "Estamos en el hoyo y cavando, y es demasiado tarde para escapar", avisó.

La Conferencia se trasladó a menos de un mes de su inauguración desde Chile a Madrid por las revueltas sociales. La organización del evento se ha realizado en un plazo récord y a pocas horas del inicio aún siguen rematándose los últimos detalles logísticos e incluso de la agenda para dos semanas de actividades y toma de decisiones de calado internacional para las que se han acreditado más de 25.000 personas de 200 países.

También a toda velocidad, las fuerzas de seguridad del Estado, en coordinación con la ONU, han tenido que diseñar el dispositivo de la Cumbre, un evento "muy complejo" en el que participarán más de 5.000 efectivos con el objetivo de que la cita se celebre sin incidentes. A los operativos en la calle se unen los servicios policiales de Información e Inteligencia con un papel esencial, ya que evalúan continuamente si existe alguna amenaza, sea terrorista o de otro tipo, como la asistencia de grupos radicales antisistema que pretendan alterar el desarrollo de la cumbre.

A quien sí se espera, aunque con incertidumbre, es a Greta Thunberg. A bordo del velero eléctrico "Malizia", se había desplazado en septiembre a Nueva York para asistir a la Cumbre de Acción Climática y desde allí iba a extender su mensaje de emergencia desde Canadá a Chile. Ante el cambio de sede de la COP25 tuvo que buscar contra reloj una opción "verde" para cruzar en pleno otoño el Atlántico norte y finalmente la encontró en el catamarán "La Vagabonde", de una familia australiana de "youtubers". Se espera la llegada de la joven sueca a Lisboa durante esta primera semana de diciembre y desde allí se desplazará a Madrid -en tren o en coche eléctrico- a tiempo para participar, posiblemente, en la manifestación del próximo viernes, día 6.

Según confirmaron fuentes de Naciones Unidas a "Europa Press", la joven participará en el plenario e intervendrá, presumiblemente, para demandar a los responsables de los países una mayor ambición para lograr realmente el objetivo de limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 grados centígrados. Además, prevé participar en varias actividades dentro y fuera de Ifema, donde se desarrollarán las reuniones.

La Cumbre, cuyo lema es "Tiempo de actuar", ocupa siete pabellones de Ifema que suman unos 100.000 metros cuadrados, así como un espacio adicional de unos 13.000 metros en centros de convenciones y salas de reuniones distribuidos en "Zona Azul" -el espacio administrado por Naciones Unidas en donde se desarrollarán las conferencias- y en "Zona Verde" -donde se celebrarán unos 500 eventos-. A ello se sumará todo el eje de la Castellana, en el centro de la capital española, donde se desarrollarán diferentes actividades culturales y sociales a lo largo de estas dos semanas en lo que se ha bautizado como "Castellana Verde". Dará color a la Cumbre.

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