La actriz, dramaturga y directora Mireia Re encarna a Carmen Polo, esposa ovetense del dictador Francisco Franco en "Mientras dure la guerra", película con 17 nominaciones a los "Goya". Su papel, breve en extensión, adquiere una gran relevancia en la película.

A diferencia de Elejalde o Eduard Fernández, usted no necesitó postizos para encarnar a Carmen Polo. ¿Es un alivio evitar tantas horas de maquillaje?

Pues parece ser que no lo necesité, no, jeje. Lo cierto es que con el maravilloso trabajo de peluquería, maquillaje y vestuario yo misma me acababa viendo parecida. Carmen y yo tenemos un tipo de cara y expresión similar. Obviamente hay un componente de fatiga que se añade al trabajo cuando te ponen prótesis y que me he ahorrado. El equipo de efectos, Santi, Karra y Eduard se pegaban auténticas palizas añadidas a las horas de rodaje. Desde luego que tiene mérito. Aunque si algún día para algún personaje me tuvieran que aplicar prótesis me encantaría el reto.

¿Qué consignas o vías le pidió Amenábar para afrontar un personaje tan conocido en su imagen pública, y, al ismo tiempo, tan poco conocido en sus interioridades?

Yo creo que el enfoque ya lo teníamos tras el casting porque él parecía dejarme hacer. Pero si en algún momento incidía en algo era en apelar a la vertiente más personal y familiar de Carmen. A ser sencillamente una mujer con sus razones y deseos buscando además una relación muy cotidiana con su marido.

¿Tuvo que superar algún prejuicio respecto al personaje para afianzar su credibilidad?

Por supuesto siempre intento deshacer todo tipo de prejuicios con los personaje. Supongo que lo que más me costó al principio fue el ir a buscar ese tipo de rectitud y de adherencia a una moral y espiritualidad tan concreta. Digamos que yo soy algo más fluida de carácter y soy una persona más de preguntas que de respuestas. No obstante si te pones a buscar en seguida hallas esos territorios en los que todos nos ponemos algo radicales y nos cuesta entender que las cosas puedan ser de otra forma. Lo trabajé y encontré ese lugar. También me ayudó leer sobre y a una figura muy admirada por ella: Santa Teresa de Jesús. Eso me ayudó a entender esa forma tan estricta y autoexigente de vivir la fe.

En la primera escena, Carmen Polo aparece con una madre estricta y una creyente fervorosa. ¿Fue difícil salvarla del estereotipo?

¿Cómo decir esto sin que suene horrible? jeje. Justo ese punto no me costó. Quizás porque tuve una educación algo exigente, o por el hecho de haber sido deportista puedo entender lo que es que te enseñen en una estricta disciplina y que lo puedan hacer desde el amor. No me identifico con ello y creo que eso se está revisando en la actualidad, pero entiendo que te quieran desde ahí. Aunque eso tenga un montón de inconvenientes, claro.

¿Podría decirse que la ovetense Carmen Polo era la única persona que podía dominar a Franco? Pienso en la escena en la que madre e hija están rezando y el futuro dictador se arrodilla para acompañarlas€

¿Tú crees? Je,je Fíjate que en realidad es él quien toma la determinación de abrazar la fe, y lo hace cuando a él le parece. Sin embargo no es poco habitual que se le atribuya a ella la responsabilidad de ciertas decisiones. A ver, no digo que no tuviera influencia, como pueda ocurrir en cualquier matrimonio, ¿pero tanta? Era un matrimonio muy tradicional y el rol de una mujer de militar, luego jefe de estado, era el que era. Darle un excesivo poder a su figura, no sé yo. Simplemente lo pongo en cuestión. No creo que fuera tampoco "la mano que mece la cuna" como a veces se insinúa desde algunos sectores.

La intensa escena en la que Unamuno va a ver a Franco para pedirle ayuda, en presencia de Carmen, ¿es quizá la que mejor resume el carácter de ella?

No sé si es la que mejor la resume pero sí que me gusta mucho porque es donde ella enseña su parte más soñadora. Al fin y al cabo una manera de leerla es como alguien con ilusión por progresar, por conocer a gente interesante y admirable. Unamuno reuniría para ella todas esas cosas: un intelectual reputado y reconocido internacionalmente además de un buen cristiano. Y no nos engañemos: también les hubiera venido muy bien tenerlo de su parte, claro. Eso también estaba en juego.

Su experiencia hasta ahora ha sido sobre todo teatral. ¿Qué es lo que más le sorprendió de vivir un rodaje?

Lo cierto es que sí que he rodado bastante pero en proyectos más pequeños, por su puesto. Lo que más me sorprendió era la amabilidad en el trato que había y el buen ambiente del rodaje. Me costaba creer al principio que en un proyecto de tanta envergadura y con tanto en juego todo el mundo fuera majo y se pudiera trabajar al máximo nivel con toda la confianza el mundo y sin sentir presión alguna. No siempre es así

¿Amenábar es un director que da muchas consignas o da mucha libertad?

Lo cierto es que Alejandro no es un director que de muchas indicaciones. Más bien él confía y si le parece bien por donde vas, pues te deja a hacer. Lo bonito de él es que aunque tenga las cosas muy claras, que las tiene y mucho, siempre te dedica un momento si lo necesitas para escuchar tu propuesta. Y eso tiene mucho mérito porque tiene muchas cosas en la cabeza. Es una fantasía y un lujo ver como trabaja y como piensa en rodaje.

El desenlace da mucho protagonismo a Carmen, primero como "salvadora" de Unamuno y luego como defensora de las actuaciones de su marido por una España "en paz". ¿Reflexionó mucho sobre las motivaciones de Carmen en ambos casos?

Claro que sí, aunque por lo que respecta al episodio del paraninfo no hay mucho que elaborar. Ver a Karra, con su imagen de abuelito indefenso, con una multitud asediándole era todo lo necesario. Te sale algo atávico de supervivencia. Tú lo sacas. Luego ya vendrán en todo caso los reproches. Y no me cuesta imaginar a la Carmen real en las mismas. Ella, en la historia le acepta algunos desplantes a don Miguel por respeto e interés, pero la escena del coche es una ruptura definitiva con esa idea que ella tenía.

¿Qué cree que decidió a Amenábar para "reclutarla"?

Ay, no sé. Ese es el gran misterio de nuestra profesión: el porqué te eligen€ eso habría que preguntárselo a él. Por como fue el rodaje sí que me aventuraría a decir que quizás debí acertar en la lectura del personaje que él quería mostrar. Y seguro que mi altura y cara delgada ayudaron. Esos mismos rasgos que a veces me hayan podido quitar trabajo, quién sabe, esta vez quizás me lo hayan dado. Pero vaya, que todo eso son elucubraciones mías. Sólo él lo sabe.

¿Cómo recuerda su prueba con el que luego sería Franco? ¿Costó superar ese punto de caricatura que tenía el personaje?

La verdad es que me pilló muy enfocada. Entiendo que visto desde fuera de entrada podría parecer cómico lo de la voz, pero no me pasó. Un casting es un tesoro, jeje. No estaba yo para dispersarme. Bromas aparte, ya lo había trabajado. Los personajes llevaban muchos años juntos en ese punto. Todo se normaliza. Y además Santi estaba estupendo. Cuando un compañero está muy bien saca lo mejor de ti. Ni risas ni nada.

¿Qué pudo ver Carmen Polo en Francisco Franco, al que en Oviedo llamaban "comandantín" y al que su suegro no le parecía un buen marido para su hija?

Yo creo que vio en él alguien íntegro. Según su propia lógica de integridad, claro. Ella tenía una noción de lo apropiado y del rigor muy concreto y parece ser que Franco compartía esos valores. Por lo que he leído parece ser que él no frecuentaba ni los bares, ni la noche como era habitual entre algunos militares de la época. También la insistencia en el cortejo. Esa determinación, enfoque y rectitud moral le atraerían seguro. Carmen era casi como de otra época y ambos compartían algo de eso. Además de la ambición. Ambos tenían ambición y un proyecto de progreso conjunto.

¿Podría pensarse que Carmen era una mujer nacida a destierro, que hubiera sido feliz un siglo antes?

Yo creo que sí. Había un alto componente de romanticismo en ella. De amor por la tradición y por lo tanto tenía ideas muy preservacionistas. Ella nació dos años después de la caída de las últimas colonias. Se miraba mucho al pasado con ojos de "todo tiempo pasado fue mejor", sobretodo desde ciertos sectores de la clase pudiente, a la cual ella pertenecía. Además con una sociedad convulsa -como la que había durante toda su juventud- con la mirada puesta sobre ciertas instituciones a que ella respetaba... Tirar de nostalgia parece lo más lógico para alguien que se definía como católica y monárquica.

¿La imagina mirando hacia otro lado ante los horrores del bando nacional?

¿Pero cómo no hacerlo? Si así funciona el ser humano. Hoy mismo, la mitad del mundo está siendo masacrada, ¿y no miramos nosotros hacia otro lado? Guerras, pobreza, refugiados, feminicidios, crisis medioambiental€ ¿Cómo no imaginar que en un contexto de guerra y de posguerra no miraba hacia otro lado? Lo que supiera o no supiera, o cuánto sabía, eso ya no lo sé. Pero en una medida u otra claro que haría. No querer saber también es mirar hacia otro lado. Es lo que tienen las guerras. Hay un superobjetivo y lo que tú quieres conseguir, y los ataques que pueda recibir tu bando legitiman lo que los tuyos hacen. Cuan cruento sea. Es horrible y no lo justifico. Simplemente digo que, a veces, las personas construimos pensamiento de esa forma y sí, miramos hacia otro lado. Cuando funcionamos con valores de competencia y no de cooperación a nivel social y político pues es lo que pasa. La competencia en sus últimas competencias te puede llevar a esa lógica: o el otro o yo. No creo nada en eso. Pero eso ya es otro tema y además muy largo. Paro que me enrollo mucho y esto parece una cena de Navidad ;)

¿Por qué se sentía tan atraída por la figura de Unamuno?

Como te comentaba antes Miguel de Unamuno lo reunía todo para ella como intelectual. Era un célebre español, casi Nobel de literatura y profundamente cristiano.

Me comentaba Sonia Grande, también ovetense, que Carmen Polo tenía una elegancia muy propia de la ciudad donde nació. ¿Era necesario alejarse de la imagen de "la Collares"?

Efectivamente era un icono en cuanto a elegancia. Lo de los collares no sé si era necesario o no. A mí me parece que fue una muy buena opción, como no, de Sonia. Para acercarnos a la mujer joven. Al principio de su vida y de su proyecto familiar con "su Paco". Hasta ese momento su vida tampoco había sido un campo de rosas. Obviamente no pasaba penurias, lo cual ya era mucho en esa época, pero había tenido que estar mucho tiempo separada de Franco. Primero en el noviazgo con él en África, luego con traslados constantes, más tarde ocultándose, ya después del alzamiento€ A mí me ayudaba pensar que todo ese fantasma de la supuesta avaricia, aparecería en todo caso más tarde y en ese momento ella era una mujer con todos los sueños por cumplir.

Cuentan los historiadores que era como la madre de Franco: recatada, discreta, esbelta, profundamente religiosa, altiva y distante, de una buena posición social y con un innegable toque aristocrático. ¿Puede pensarse que Franco tenía el modelo materno en la mente?

No sé si eran tan parecidas pero sí compartían una profunda fe cristiana. Y además sabemos que Francisco era de todos los hijos el que mantenía una relación más estrecha con su madre, que en un momento dado parece que fue abandonada por su padre. Quizás sí había algo de eso. Elementos que reconocía en Carmen como positivos, familiares y adecuados para una vida decente.

¿Estuvo tentada de venir a Oviedo a pasear por sus lugares de infancia, la iglesia donde se casó€?

Pues claro. Asturias siempre me ha atraído mucho y la sociedad de Oviedo sobre la que tanto había oído y leído. No hubo tiempo. Aunque sí de documentarme mucho. Para mi consuelo he convivido mucho con una compañera actriz ovetense que comparte siempre conmigo las mieles de "Asturies" y de la cultura asturiana, mi querida amiga Patricia Defrán.

Tenía 15 años cuando conoció a Franco€ Hoy una relación así sería vista con muy malos ojos€

Básicamente sería ilegal por la diferencia de edad y la juventud de ella. Antes las cosas eran distintas. La verdad es que la gente se ennovia bastante pronto, lo surrealista es pensar que hoy en día te vayas a casar con tu pareja de los 15. Pasaban de niñas a madres, casi.

¿Había muchos fusiles cargados contra la película aún antes de estrenarse? ¿Las dos Españas siguen ahí, con sus duelos de banderas?

Pues la verdad es que me temo que así es. No hay mejor prueba de ello que, que casi sin empezar a rodarse, ya hubiera quien afirmara que no vería la película. Es sintomático. Realmente no poder ni tolerar lo que un cineasta, ni siquiera un político, tenga que decir acerca de una cuestión... es para planteárselo. Como sociedad tenemos un problema con la escucha y la apertura hacia lo distinto. Y con reconocer los propios errores, ¿qué nos pasa con eso? Espero que lo solucionemos porque es difícil avanzar si como mínimo no somos capaces de comunicarnos. Pero vaya, también te digo que no me gusta darle mucho foco a los desencuentros porque sigo pensando que hay mucho más que nos une de lo que nos separa. Y además, la mayor parte de la gente ha recibido con los brazos abiertos a esta película hecha con tanta seriedad, elegancia, valentía y por qué no decirlo: con tanto amor. Hay que mirar hacia adelante y no quedarse en lo que te frena. El foco siempre para la alegría. Y como dice Eduard en la peli: "ahí lo dejo."