En la exposición del Museo de Bellas Artes "Hishiryo. Siempre es ahora" está contenida la obra de los últimos años de vida de Kely Méndez Riestra que, paradójicamente, fueron los de su renacimiento espiritual en la filosofía zen. Pilar Cabañas, una de las mayores expertas en arte japonés de España, conoce bien la obra de Kely en esa etapa, y entiende que la fuerza que emana de ella solo puede obtenerse a partir de la vivencia personal. "Muchos han leído 'El libro del té', a Suzuki, 'Zen en el tiro con arco'... pero no he encontrado ningún artista que haya llegado al nivel de profundización al que llegó Kely", afirma la historiadora del Arte, que imparte docencia en la Universidad Complutense y que esta semana pronunció en el Museo de Bellas Artes de Asturias, donde se expone la obra de la artista ovetense, una conferencia sobre sus influencias estéticas orientales.

"Entre el pensamiento zen y la exuberancia de la escuela Rimpa. El poso japonés en Kely Méndez Riestra", el título con el que Cabañas presentó su conferencia, define el espacio en el que la pintora ovetense, fallecida en 2013, se movió durante su última etapa creativa. "No sé de nadie que haya entrado con tal profundidad en el pensamiento zen, que lo haya hecho vida y que a partir de él haya sido capaz de crear una obra tan original", admite la historiadora.

Kely asimiló el pensamiento zen con tal intensidad que toda su obra de aquellos años está impregnada de una potencia muy particular. Pilar Cabañas dice que al mirar sus cuadros o sus dibujos la sensación para el espectador es "como si del interior saliera una mano y tirara de ti hacia dentro" y eso, añade, "lo consigue Kely porque está muy enraizada en el desapego, a ella y a su obra". Sobre ese "desapego" o "desarraigo" de los que habla Cabañas pivota la filosofía zen. Otro de sus pilares es la fuerza del presente, "la única realidad", y esa idea "te ayuda a olvidarte de lo que será y lo que ha sido, a soltar el lastre y ser libre". Kely Méndez Riestra se adentró en ese sistema de pensamiento y en el encontró serenidad frente a la enfermedad, sentido y un impulso nuevo como artista. "Ella se sumerge en todo ese mundo filosófico, dialoga con su maestro, llega a decir que entrar en el zen es lo más importante que le ha pasado en la vida", comenta Cabañas, y con su obra acompañó esa nueva vida.

En las ilustraciones que realizó para acompañar la edición de los diálogos con su maestro, Kely incluyó imágenes de "toscos ikebanas" y grabados Hokusai. No se trata, advierte Cabañas, de una simple incorporación de elementos estéticos. Kely Méndez Riestra hizo suyos el pensamiento zen y su expresión artística. "El zen suele estar muy banalizado", advierte la historiadora, pero ese no es el caso de Kely: "Ella lo había hecho suyo, a través de la práctica", y esa experiencia la transformó. "Hablaba de que la serpiente no cambia de piel porque vaya a morir sino porque crece y no cabe en la misma piel; y ese es el resumen de lo que fue esa etapa para ella", concluye.

La expectación en torno a la última producción artística de Kely Méndez Riestra no decae y, si en la inauguración de "Hishiryo. Siempre es ahora" el Museo registró una entrada cercana a las 400 personas, en la conferencia de Pilar Cabañas se superó ampliamente el centenar de asistentes.