José Antonio González Montoto, delegado episcopal del Clero y director de la Casa Sacerdotal Diocesana, expresa una gran confianza en el Papa Francisco I. "No creo que se sienta coaccionado por la opinión de Benedicto XVI y confío en que será fiel al mandato del Señor de reformar la Iglesia, empezando por la curia", manifestó ayer el sacerdote asturiano, en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA.

"En una iglesia que parece muy monolítica puede llamar la atención que el papa emérito exprese opiniones propias", reconoce González Montoto, pero, a su juicio, "no pasa nada porque nos digamos lo que pensamos con espíritu de caridad cristiana". "Estamos en un mundo libre y la Iglesia es una comunidad de personas libres", puntualizó.

El delegado del Episcopado de Oviedo para el Clero llama la atención sobre "lo insólito" de la situación actual en la cúpula de la Iglesia católica, con "un Papa ejerciente y otro jubilado".

"El Papa Benedicto dijo que no iba a intervenir para nada en el trabajo de su sucesor y así lo hizo hasta hace poco", recuerda, en alusión al artículo que el emérito difundió el año pasado sobre los abusos sexuales en el seno de la institución católica.

"Puede entenderse como un enfrentamiento, pero de lo que se trata es de que el Padre Benedicto se encuentra en la obligación de decir lo que piensa, a costa de crear un pequeño problema. Hay quien dice que estaría mejor callado pero a mí no me parece mal", argumenta González Montoto.

El sacerdote asturiano explica que el problema que se pretende solucionar abriendo el sacramento del sacerdocio a los hombres casados atañe a los católicos de las aldeas más recónditas de la Amazonía, en las que son las religiosas las que asumen las celebraciones litúrgicas y que pasan años sin recibir a un sacerdote.

"Hay un movimiento dentro de la Iglesia para que el sacerdocio sea opcional. Los sacerdotes católicos de rito oriental se sacan, somos los de rito latino los que no nos casamos", especifica González Montoto.

El director de la Casa Sacerdotal de Oviedo no duda de que el Papa Francisco hallará la mejor solución. "Cuando era cardenal ya demostró su seriedad y el Pontificado le ha hecho más cercano y más afable", opina.