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Reclaman que hórreos y paneras se puedan destinar a alojamientos rurales

"Su uso puede ayudar a dinamizar las zonas rurales", sostiene el colectivo de defensa de estos bienes patrimoniales, "auténticos iconos de Asturias"

Víctor Manuel Suárez, junto a un hórreo, ayer, en Candás. RICARDO SOLÍS

La recuperación de hórreos y paneras sería un balón de oxígeno para la "Asturias vaciada". Esta es la tesis que defiende la Asociación de Amigos del Hórreo, una visión que, aseguran, comparte la nueva Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo que encabeza Berta Piñán. Para lograr el objetivo de "limpiar la imagen de los hórreos", en palabras del portavoz de la asociación, Víctor Manuel Suárez, el colectivo ha presentado a la consejería una propuesta estructurada en varios puntos para articular una política efectiva en torno a estos bienes patrimoniales -"auténticos iconos de Asturias", precisa- que incluyen la regulación de usos de hórreos y paneras, dando cabida a su utilización alojamiento turístico, y su puesta en valor como recursos turísticos de primer orden.

La propuesta de Amigos del Hórreo, que Suárez trasladó este martes a la consejera, contempla medidas específicas de protección para los hórreos y paneras de más antigüedad, incluyendo exenciones fiscales y una línea de ayudas para los hórreos "más necesitados"; la posibilidad de ampliar los usos a los ejemplares más modernos (los que tengan menos de 50 años y los de nueva construcción); y la exención efectiva del IBI a los hórreos que no tengan uso como inmueble. Además, el colectivo insiste en la necesidad de completar un censo de hórreos, distinguiendo además por tipologías y dataciones. Una pretensión que, reconocen, "va a ir lento" más allá de las intenciones de la consejería, ya que se trata de una empresa compleja: la estimación del colectivo es que se conservan más de 25.000 ejemplares, sumando hórreos y paneras, en la región.

"En cuestión de hórreos, somos la envidia de Europa. La región del mundo con mayor número y más calidad. Lo que planteamos es dar una nueva vida al hórreo, no que sea un artilugio que está ahí sin dar servicio alguno", sostiene Víctor Manuel Suárez. A su juicio, esta riqueza se está desaprovechando porque "lleva años sin hacerse política activa, de mantenimiento y conocimiento de los hórreos".

Suárez insiste en el potencial turístico de estas construcciones tradicionales. En este sentido, el colectivo insiste en la necesidad de diferenciar los hórreos en función de su antigüedad y valor patrimonial. En esencia, su propuesta implica que los más modernos pasen a tener un uso como vivienda, lo que abriría la puerta también a una eventual explotación turística de estas estructuras, y los más antiguos sean objeto de aprovechamiento turístico, con iniciativas específicas en torno a estas construcciones. Dicho de otro modo: que un turista interesado en los hórreos tenga la posibilidad de conocer los más singulares y, en paralelo, hospedarse en uno moderno. "Tenemos que enseñar a la gente a querer lo que tenemos: hay hórreos que deberían estar en un museo. Son un diamante en bruto para la región, tienen un valor impresionante del que podemos tirar para que sean parte de la dinamización de la zona rural", concluye Suárez.

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