La "Lucia di Lammermoor" que se estrena el próximo día 23, a las 20 horas, en el teatro Campoamor de Oviedo, como colofón de la temporada operística ovetense, abandonará la ambientación original del libreto, en el siglo XVII, para trasladarse a los años 40 de la pasada centuria."Hemos cambiado el contexto, pero la estética del romanticismo gótico de Scott (en cuya novela "La novia de Lammermoor" se inspiró Donizetti) se mantiene inalterado", asegura el director de escena Nicola Berloffa, que está al frente de esta producción. "El cine negro y la estética de las películas de Alfred Hitchcock están presentes en esta 'Lucia' hasta en los más pequeños detalles del escenario", añade Berloffa, aunque también reconoce que las imágenes y las tonalidades de los cuadros de Caspar David Friedrich han influido en su diseño.
Nicola Berloffa asegura que este montaje marca "la principal diferencia" de su trabajo "con respecto al de otros directores de escena". A él le gusta ajustar sus ideas al reparto: "Cuando trabajo no me permito crear un personaje sin tener en cuenta las características físicas y vocales de los cantantes que les van a dar vida. No concibo esa forma de ver la ópera, ni siquiera aunque sea una reposición, como sucede con esta 'Lucia' aquí en Oviedo".
La carrera de Nicola Berloffa se consolidó en 2008, cuando ganó el concurso internacional convocado por el Ministerio de Cultura de Francia y el Centre Français de Production Lyrique para dirigir "Il viaggio a Reims". Debuta ahora en la Ópera de Oviedo al frente de "Lucia di Lammermoor", el último título de la temporada. Recientemente ha sido galardonado con el premio Forum Ópera como mejor director de escena novel. Atrás quedan sus estudios de violonchelo y cinematografía en Turín, que condicionan a diario su visión del mundo operístico, marcada por el mimo con el que crea los personajes junto a los cantantes que los van a encarnar sobre el escenario.
"Esta Lucia es un proyecto grande", asegura. Además de la ópera de Oviedo, Tenerife, Las Palmas y Buenos Aires también se incorporan en la producción la de Sofía, en Bulgaria, donde "se representará en la próxima temporada".
La clave que hace de "Lucia di Lammermoor" uno de los títulos más representados de Donizetti reside para Berloffa en la calidad del libreto y en "su actualidad a pesar del paso del tiempo". Por este motivo, asegura que no ha necesitado "modificar nada, dado que el texto y los sentimientos que atraviesan los personajes no han cambiado" desde que Sir Walter Scott escribiese "La novia de Lammermoor" en la que se inspira esta ópera.
La propuesta que Berloffa ha llevado a cabo junto al escenógrafo y diseñador de vestuario Justin Arienti se ambienta en la década de 1940. Los decorados para esta "Lucia di Lammermoor" son asimismo complejos, con un escenario que gira para acoger "el dinamismo que lleva implícito esta ópera", apunta. "Hemos hecho algunas trampas con respecto a las localizaciones", prosigue. "Y no habrá escena en el jardín ni fuente en el primer acto, pero puedo prometer que el público no las echará de menos", porque podrá verse a Lucia "rememorando toda su historia y enfrentándose a su pasado".
Como consecuencia del traslado temporal de la acción, "la campiña inglesa se sustituye ahora por la ciudad y los palacios por apartamentos a los que las familias adineradas se mudaron", explica. El personaje de Lucia que propone el director de escena italiano para esta producción se aleja mucho del perfil de debilidad y locura con el que tantas veces se ha vinculado. "La veo como una luchadora que exige su derecho a decidir, lo que le da contemporaneidad al drama y acentúa el lado feminista del personaje", explica.
"Las tensiones entre las dos familias son un punto clave dentro del conflicto", añade, y al final Lucia es la persona sobre la que recaen todos los problemas y rivalidades. "Es una mujer en un mundo en el que los hombres que la rodean se empeñan en dominar su destino", afirma Berloffa. Para él Lucia "lucha para imponer su criterio, lucha por imponerse a su hermano Enrico y a Lord Arturo, el marido que le imponen". Una situación que, según el propio director, alcanza su momento álgido en la escena de la boda. "Ahí es donde se puede ver con mayor claridad que Lucia es solo una mercancía con la que ambos hombres trafican para obtener sus propios beneficios", asegura.
