Todo buen 'cazaofertas' se prepara para disfrutar de una de sus épocas favoritas del año, las rebajas de invierno. Nada más concluir la jornada de Reyes Magos se abre la temporada de descuentos. Un momento idóneo para adquirir esos artículos que los monarcas de Oriente no han podido traernos. A pesar de que ya hayan transcurrido varios días desde el pistoletazo de salida, aún queda un largo periodo de rebajas, ya que en la mayoría de la Comunidades Autónomas no terminan hasta comienzos de marzo.

Pero, sacar provecho a las rebajas no es una tarea tan sencilla como pudiera parecer. En ocasiones, no sabemos qué tiendas son las que mejores ofertas realizan, no tenemos claro qué es lo que realmente necesitamos o no tenemos un límite máximo de lo que nos queremos gastar. Si no controlamos estos factores, las rebajas nos pueden salir muy caras. Por eso, reunimos en este artículo algunos consejos para sacar todo el partido a las rebajas y no arruinarnos en el intento:

Crea una lista de productos que necesitas

Las rebajas son una buena ocasión para aprovecharnos de los mejores precios en aquello que necesitamos. Pero, si no determinamos qué es lo que vamos a comprar, podemos caer en la tentación de comprar cosas que nos resultan atractivas en las tiendas, pero que después no utilizaremos porque realmente no las necesitamos.

Para evitar esto, lo mejor que podemos hacer es, al igual que hacemos cuando vamos al supermercado, generar una lista con los productos que queremos comprar. Así, nos ceñiremos al plan y evitaremos comprar un pantalón por cinco euros que nunca nos llegaremos a poner.

Investiga diferentes tiendas antes de comprar

Es preferible echar un vistazo al mercado para saber dónde podemos encontrar aquello que queremos comprar. Sería recomendable mirar productos similares y encontrar el que más nos convenza antes de deambular por todas las tiendas de nuestra ciudad. De esta manera, además de ahorrar dinero y quedar satisfecho con la compra, ganaremos mucho tiempo. Si no nos ha dado tiempo a mirar nada, sería mejor acudir a las tiendas a las mañanas, ya que hay un menor tránsito de gente y ahorraremos tiempo en las colas de los provadores.

Mejor calidad que cantidad

A pesar de que encontremos ofertas casi irresistibles, es mejor pararse un momento y dedicar unos segundos a pensar si lo que llevamos entre manos lo llegaremos a utilizar. Y es que, en estas fechas, en las tiendas se pueden encontrar verdaderas gangas que si no las necesitas pueden acabar siendo solo un estorbo en tu armario. Por ello, normalmente es preferible comprar menos artículos, de mejor calidad y que verdaderamente nos llenen. Además, la ropa de mejor calidad suele tener un mejor envejecimiento y nos puede durar más tiempo.

No descartes la compra online

Aún hoy en día mucha gente no confía en realizar compras por internet, por lo que se privan de una parte importante del mercado. Las tiendas online oficiales son tan seguras como las físicas, así que, no debería haber ningún problema al comprar por internet. Además, las grandes marcas tienen eficaces sistemas de devoluciones de los cuales nos podríamos informar por si quisiéramos entregar de vuelta el artículo.

Un truco que cada vez se ve más en los centros comerciales consiste en acudir a las tiendas físicas, probarse las prendas en los vestidores y anotarlas para después realizar la compra por internet. De esta forma, podríamos apuntar un pantalón que nos ha gustado, pero finalmente decantarnos por otro que hayamos visto más tarde.

Establece un precio máximo

Es importante establecer un presupuesto que se adecúe a nuestra economía para no tener ningún disgusto una vez terminen las rebajas. Y es que, cuando estamos en plena faena, es posible que perdamos la cuenta de lo que llevamos gastado y al final superar el precio que teníamos en mente. Por ello, es importante fijar un precio máximo, que sea un poco moldeable. Es decir, si tenemos un máximo de 300 euros, podríamos ser permisivos hasta los 350 euros, pero no más. Tampoco hay que olvidar, que no pasa nada por no llegar al límite, esto es, si gastamos menos de lo previsto, le haremos un favor a nuestro bolsillo.