"La única barrera frente al populismo es la cultura". Con estas palabras defendió ayer Pedro de Silva, al recibir el Premio de las Letras otorgado por la Asociación de Escritores de Asturias, la importancia de defender y apostar por la cultura, incluso en tiempos de crisis, como antídoto para combatir la deriva de una sociedad "entregada al simplismo, la simpleza, el eslogan, el tuit". De Silva hizo estas reflexiones en un escenario de gran simbolismo, como era el Aula Magna de la Universidad de Oviedo, y ante el presidente del Principado, Adrián Barbón, de quien destacó que, en su aún escaso tiempo en el cargo, ha dejado muestras de ser una persona "con corazón, sensibilidad, optimismo y talento".

La intervención de Pedro de Silva fue el momento álgido de la entrega de los Premios de la Crítica y las Letras, que convoca anualmente la Asociación de Escritores de Asturias, y en la que el que fuera presidente del Principado fue distinguido con ese Premio de las Letras por su extensa y versátil trayectoria como escritor. Una prolífica producción entre la que el jurado destacó sus colaboraciones diarias en LA NUEVA ESPAÑA.

No fue el de De Silva el único premio otorgado a escritores de este diario. Tino Pertierra, redactor del área de "Sociedad y Cultura" del periódico, recibió el galardón a la mejor columna literaria (compartido con Marcelo Matas) por su dilatada trayectoria como articulista y especialmente por la serie "Solo será un minuto", una columna de periodicidad semanal que Pertierra publica, desde hace varios años, en la última página de LA NUEVA ESPAÑA.

Al recibir el galardón, Pertierra recordó el día, un 12 de enero de 1992, en que el exdirector del diario Melchor Fernández Díaz le dio la alternativa como columnista del periódico, precisamente en esa última página que en los años sucesivos vería algunos de sus mejores textos.

Durante su discurso, Pertierra hizo notar la coincidencia de que Pedro de Silva, que ayer compartía escenario con él, le acompañó en la presentación de su primera novela, "Los seres heridos", en 1997. Un volumen que estaba prologado por el añorado Juan Cueto, a quien Pertierra rindió homenaje por su amistad y magisterio, definiéndole como un columnista "lúcido y lucido". Curiosamente, Pedro de Silva revelaría posteriormente otra coincidencia en la trayectoria de ambos: como Pertierra, él también comenzó su trayectoria como columnista en LA NUEVA ESPAÑA, en su caso el año 1994, a petición de Melchor Fernández Díaz.

Además de Pertierra, De Silva y Matas, los Premios de la Crítica también reconocieron la obra de Carlos Iglesias (Premio de la Crítica de poesía en castellano por "Pájaro herido"), Lourdes Álvarez (Premio de la Crítica de poesía en asturiano por "P'anular los adioses"), y Adolfo Casaprima (Premio de la Crítica de narrativa en castellano por la novela "El inventor de sueños"). A todos ellos les reconoció Esther García, presidenta de la Asociación de Escritores de Asturias, su talento y su trayectoria. García reivindicó además la importancia de los escritores para "concienciar a una sociedad compleja" y reclamó más apoyos para el colectivo. En este sentido, la presidenta del colectivo de escritores incidió en que la asociación precisa de un local y, si bien reconoció la atención que los medios asturianos dedican a sus creadores, lamentó las dificultades que, en ocasiones, encuentran las obras de ficción en asturiano para hacerse un hueco entre las novedades de las bibliotecas públicas.

El reconocimiento a la relevancia de la cultura y, en particular, de la literatura para fomentar una sociedad informada fue avalado por todas las autoridades que intervinieron en el acto: Conchita Méndez, concejala del Ayuntamiento de Oviedo; Xosé Ramón Iglesias, secretario de la Academia de la Llingua, y Francisco Borge, vicerrector de Extensión Universitaria de la Universidad de Oviedo. Pero fue el presidente del Principado, Adrián Barbón, quien hizo una defensa más cerrada de este valor intrínseco de la cultura, llegando a afirmar que "puede y debe ser un activo para Asturias". Una defensa en la que incluyó de forma expresa a la lengua asturiana, insistiendo en que "tamos obligaos a evitar la so desapaición".

Barbón, además, tuvo un cariñoso recuerdo para dos políticos de cuyo fallecimiento se cumplía, precisamente ayer, un año: el expresidente del Principado Vicente Álvarez Areces y el letrado gijonés Francisco Prendes Quirós, que presidió durante más de una década el Ateneo Republicano de Asturias y que dejó muestras de su nítida visión sobre la región a través de las columnas que, durante años, publicó en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA.