La compañía estadounidense Space X realizó ayer la última gran prueba antes de poder llevar personas al espacio, que supuso la destrucción de un cohete Falcon 9 mientras la cápsula Crew Dragon caía, como estaba previsto y en condiciones de seguridad, en el mar frente a Florida.

Esta prueba, que consistía en un despegue abortado de la cápsula Crew Dragon -la que llevará a las personas al espacio-, es uno de los test obligatorios que tiene que completar la compañía fundada por el magnate Elon Musk para poner en marcha los primeros vuelos comerciales al espacio con humanos, que se prevé que comiencen en un futuro próximo con los astronautas de la NASA Bob Behnken y Doug Hurley. La operación duró en total unos diez minutos y se completó con éxito.