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LXXII Temporada de ópera

"Lucia di Lammermoor", escena cumbre

Los aficionados elogian la calidad musical y la originalidad de la dirección artística, que acertó en la recreación del ambiente sin caer en los tópicos

De izquierda a derecha, Ignacio Martínez, Miriam Perandones, Gerardo Sierra y Pablo Laspra, en la sede de LA NUEVA ESPAÑA en Oviedo. IRMA COLLÍN

Oviedo, Andrea G. TORRES

Los participantes en la tertulia organizada por LA NUEVA ESPAÑA en torno a la ópera "Lucia di Lammermoor", celebrada el pasado 24 de enero en la sede del periódico en Oviedo, elogian "la buena labor escénica y musical" del equipo que está detrás de la producción. Varios contertulios coinciden en que el de Donizetti es "el mejor título de la temporada".

MIRIAM PERANDONES: "El cambio de los bosques y la imaginería romántica original en esta ópera por los paisajes de interior, tan oscuros e igualmente tenebrosos, me pareció un acierto por parte de la dirección escénica, que no recayó en los tópicos. Quizá en un principio puede creerse que los distintos actos no están demasiado conectados, pero cuando llega la escena de la locura en el tercer acto y toda la escena comienza a girar mientras revive su pasado es cuando todo cobra mucho sentido. Es una propuesta muy inteligente".

IGNACIO MARTÍNEZ: "Esta ópera ha sido el título de la temporada. Fue una de esas noches de ópera en las que uno sale contento con lo que se ha visto en el escenario, y yo creo que eso se debe tanto a la buena labor escénica como musical. Sí escuché algunas críticas que no estaban muy de acuerdo sobre el cambio de época, pero creo que no es plan de volver a las almenas y los castillos pintados sobre un telón".

PABLO LASPRA: "A mí me llamó la atención la forma en la que la música aparece supeditada a la escena. Me explico, en la primera escena encontramos a la mitad del coro cantando de espaldas, con todo lo que ello supone, de que no puedan ver al director, ni siquiera a través de las pantallas. La parte buena es que así y todo la escena funcionó".

IGNACIO MARTÍNEZ: "Supongo que es por mantener la credibilidad de la escena".

PABLO LASPRA: "Claro, pero si se compara con el dúo entre Lucia y Edgardo también en el primer acto se puede ver cómo tanto Pratt como Albelo cantaban el uno para el otro, pero sin perder de vista la posición y la idea de hacia donde tiene que proyectarse el sonido. Buscaban que su historia fuera creíble también, pero cuidando la sonoridad. De todas formas, como digo, en el caso del coro funcionó bien también".

GERARDO SIERRA: "Totalmente de acuerdo con Miriam. La puesta en escena fue solvente, me pareció correcta, y el hecho de que el escenario girase le confirió a la escena de la locura mucha más fluidez que si se hubiera presentado de forma estática solo con ella recordando el pasado".

IGNACIO MARTÍNEZ: "De hecho, esa escena de la locura contiene muchos de los temas que ya aparecieron en la ópera con anterioridad, por lo que el hecho de que Lucia vaya pasando por las distintas estancias en las que había estado antes de forma continua mientras interpreta la escena de la locura me pareció muy acertado. Quiero también destacar a la solista de flauta de la Oviedo Filarmonía, que hizo un gran trabajo en esta aria, en la que la versión original se escribió para armónica de cristal, que tiene un sonido más fantasmagórico y que es muy difícil encontrar intérpretes, pero a mí personalmente me gusta más como queda la escena de la locura acompañada con la flauta".

MIRIAM PERANDONES: "El aria de la locura me pareció tremendo a nivel de expresividad, pero también por la riqueza de matices, las coloraturas, el fraseo que tiene la voz de Jessica Pratt y con los pianissimos especialmente".

PABLO LASPRA: "Las coloraturas están muy bien, pero es que además la voz tiene peso en las partes más dramáticas y oscuras, y proyecta muy bien".

IGNACIO MARTÍNEZ: "Pratt es una especialista haciendo este papel, que ha interpretado más de cien veces. A nivel mundial es una referencia para este papel, y eso le da una seguridad que se pudo apreciar perfectamente en el Campoamor. Se pudo ver en su actuación una cantante que se amolda muy bien a las producciones en las que interviene, algo que demuestra lo que es en realidad un artista. Se nota que se trabaja mucho sus interpretaciones".

PABLO LASPRA: "A mí me dio la sensación de que Albelo, en algunos momentos, estaba un poco inseguro y en algunos agudos puntuales me pareció que más que proyectarlos, los lanzó. No quiero que este comentario nuble su éxito, que estuvo fenomenal".

GERARDO SIERRA: "Yo lo percibí así también, le faltaba algo de brillo a la voz. Lo que yo no tenía claro es si eso se debía a que había estado enfermo o a que su voz está oscureciéndose y evolucionando hacia una sonoridad más dramática. Pero le vi una voz más homogénea que la última vez que cantó en el Campoamor el Duque di Mantua de "Rigoletto". Albelo es un gran tenor, de eso no hay duda".

IGNACIO MARTÍNEZ: "Estoy contigo, y creo que en unos años su voz va a tomar esa dirección. Creo que tanto ella como él fueron de menos a más, yo los noté inseguros al principio, pero después despegaron".

GERARDO SIERRA: "El barítono me gustó mucho también, no le conocía. Muy buena presencia y una voz muy interesante, sobre todo para lo joven que es. Si hago una comparación con la última vez que se programó esta ópera en el Campoamor, este barítono, Andrei Kymach, ha hecho un Enrico muy solvente. Nada que ver con el barítono de la producción anterior, y es algo de agradecer".

IGNACIO MARTÍNEZ: "Quiero señalar a Simón Orfila, que hizo ayer un papel inmenso. Es algo difícil incluso de encontrar porque su personaje pasa desapercibido en algunas producciones, pero aquí estuvo estupendo y enriqueció el personaje".

GERARDO SIERRA: "Orfila es una apuesta segura. Él canta y siempre sabes que va a cantar bien. Se le ve muy seguro en todo momento, con independencia del papel que interprete".

MIRIAM PERANDONES: "Llena la escena. Sobre todo en el tercer acto".

IGNACIO MARTÍNEZ: "Es de justicia destacar a los cuatro, Pratt, Albelo, Kymach y Orfila".

MIRIAM PERANDONES: "El coro me pareció que funcionó muy bien. La orquesta fue de menos a más".

PABLO LASPRA: "Hubo un momento en el segundo acto en el que la orquesta y el coro no iban juntos. Quizá se echó en falta una mayor precisión a la hora de marcar por parte del director y una mayor atención a sus movimientos por parte de los coristas, en los que cabría esperar que le mirasen o de reojo o a través de los monitores".

MIRIAM PERANDONES: "Haciendo balance de la temporada completa, me quedaría con esta ópera, pero quiero romper una lanza en favor de 'Rinaldo', una apuesta valiente que además funcionó. También me convenció la renovación musical de los Zapico. El aria 'Lascia ch'io pianga' fue estupenda, aunque es verdad que la lentitud se lo puso muy difícil a los cantantes. Por ejemplo, el programa doble anterior me gustó mucho menos".

IGNACIO MARTÍNEZ: "Esta 'Lucia di Lammermoor' ha sido la ópera que más me ha gustado a mí. Tampoco el programa doble consiguió convencerme, pero desde el minuto uno no vi claro cómo podía funcionar 'Una tragedia florentina' con 'Pagliacci', y menos aún con el intento del director de escena de unir sus argumentos".

GERARDO SIERRA: "También el 'Ocaso' merece ser destacada. Yo no me quejaría si nos ponen otro 'Tristán und Isolde' pronto".

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