La compañía "Ron Lalá" vio el cielo despejado cuando, por primera vez, recibieron aplausos a espuertas al término de la primera función de "Siglo de Oro, siglo de ahora". Fue en 2012. De entonces acá han revolucionado la manera de hacer el teatro clásico español. "En realidad, lo que hacemos es una 're-evolución' del Siglo de Oro". El que habla es Álvaro Tato, que es "ronlalero" de toda la vida y el encargado por la compañía de poner orden a la dramaturgia de "Andanzas y entremeses de Juan Rana, un comediante del Siglo de Oro", la comedia cuyo estreno en España acoge el próximo día 7 de febrero el Palacio Valdés (20.15 horas).

Juan Rana, en verdad, se llamaba Cosme Pérez y era una "superstar" del teatro clásico nacional: Calderón de la Barca escribía para él, llenaba teatros con sólo prometer su presencia... "Es un personaje fascinante al que le teníamos muchas ganas y al que nos enfrentamos de acuerdo con la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Hacemos tres entremeses que protagonizó Rana en su momento: de Quiñones de Benavente, de Agustín Moreto, del propio Calderón, que escribió 'El toreador', 'El triunfo de Juan Rana', que se estrenó en el Retiro y que iba de que Juan Rana creía que se había convertido en una escultura y que por eso le llevaban en andas... Fue lo último que, al parecer, hizo", cuenta Tato. "Era una especie de Alfredo Landa, pero también algo más que eso. Era el alcalde de pueblo, el poderoso al revés, una especie de don Peppone, pero también un macarra, un subversivo. Y, en esto, se parece más a Arlequín que a Landa. Es el 'fool' shakespeariano, el tipo que hace las preguntas incómodas... una celebridad", resume el actor y poeta "ronlalero".

Álvaro Tato explica que el funcionamiento de la compañía a la que pertenece es cooperativo. Todos tienen claro que lo que debe salir "es una fiesta". Y fiesta fue "Crimen y telón", lo último suyo, una investigación "hard-boiled" sobre la muerte del teatro. "No somos revolucionarios porque el teatro del Siglo de Oro ya lo era de mano. El teatro clásico no puede ser aburrido porque era teatro popular, poliédrico. Las comedias se cortaban con mojigangas, con música. Pero esto que hacemos nosotros no es nuevo: lo hacen los 'Noviembre', 'Els Joglars', nuestros padres y hermanos".