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EDUARDO PALACIOS, "POTY" | Animador cultural y pinchadiscos

"Quiero pensar que la capacidad humana del selector musical supera a Spotify"

"Viví de lleno el 'Xixón Sound' en Oviedo y Gijón, y lo de ahora, con otros locales, es equiparable en estilos, calidad y regularidad"

Eduardo Palacios, en la plaza del Fresno. Juan Plaza

Eduardo Palacios Fernández (Oviedo, 1970) fue un animador musical de la noche ovetense y gijonesa durante los años del "Xixón Sound". Su nombre de pinchadiscos es Poty Alcapone (que oculta el juego de palabras de "al ca pone la música"). www.mixcloud/potyalcapone. Está temporalmente en Oviedo, donde tiene casa. Desde hace dos años y medio se gana la vida en Menorca.

-Fui a probar porque el trabajo aquí era muy precario.

- ¿Qué encontró?

-Un sitio más favorable, en general y para mí. Pagan tres veces más por pinchar y hay más oportunidades de hacerlo, sobre todo de mayo a octubre.

- ¿Cuánto pincha?

-Muchísimo, cuatro veces por semana en los meses altos. Cada vez hay más eventos de día y festivales que buscan un selector de música.

- ¿Por ejemplo?

-Las terrazas de museo, los eventos culturales, los parques. En Menorca los locales no son muy grandes, pero son abiertos y de rollo tranquilo.

- ¿Y fuera de temporada?

-La isla cambia a la tranquilidad. No he encontrado problemas en que sea una isla, aunque no tiene demasiados vuelos, como Asturias. Voy por carretera y ferry con calma y a precio caro.

- ¿El selector musical de hoy es el algoritmo, Spotify?

-Sí y tiene su punto, pero quiero pensar que la capacidad humana es otra cosa. Se cuentan con los dedos de la mano los lugares con platos para discos. Me he adaptado al digital y voy con el ordenador. Me defiendo en los dos formatos.

- ¿Cuando pincha sabe corregir una selección musical, como hace un cocinero con la sal?

-Una de las condiciones de los que ponemos música es saber leer a la gente. Llevo más de 30 años en esto. Empecé a los 19 en el mítico Chanel de Oviedo, que abrió en octubre de 1989. Conocía a uno de los socios.

- ¿Qué música le gustaba entonces?

-El rock. Estaba conociendo el garaje, la música de los 60 y el punk.

- ¿Y ahora?

-Soy bastante abierto. Lo que más pongo es música negra, lo que tenga raíz. Todo viene de África.

- ¿Reguetón y latino?

-La música latina y sudamericana me gusta, sobre todo del Caribe. El reguetón ni me ha interesado ni lo conozco mucho porque el mainstream se ha hecho con él y lo ha enturbiado.

Es hijo de un jefe de ventas de una empresa de hierros, ya fallecido, y de un ama de casa. Es el segundo de cuatro hermanos. Con el siguiente formó un tándem "Zipi y Zape" durante la infancia.

-Ahora comparto más aficiones con mi hermano Joaquín, seis años mayor, que me infundió el amor por la música. Era un ejemplo para la familia y le gustaba el rock: por él conocí a "Los Ramones". Cuando se fue de casa me cedió sus vinilos, un legado.

- Usted ambientó el Oviedo de los 90. ¿Cómo ve el de ahora?

-Entonces todo era de círculos más cerrados y escenas más aisladas musicalmente.

- Estaba en Oviedo cuando, según la leyenda, todo sucedía en Gijón.

-Viví de lleno los años del "Xixón Sound" y había mucha movida en Oviedo y en Gijón. Fue un boom.

- Compárelo con lo de ahora.

-Ahora no salgo salvo que tenga que trabajar. En Oviedo veo dos propuestas empresariales muy potentes -la Lata de Zinc y La Salvaje- que son un lujo y dan una oferta excepcional. Respecto a los noventa es equiparable en estilos musicales, calidad y regularidad, pero los espacios son muy diferentes. Cuando yo programaba en el Chanel no había salas como estas. Todo eran discotecas o bares pequeños.

- Cuando tenía dos locales, uno en Oviedo y otro en Gijón, ¿vivía mejor o peor que ahora?

-Económicamente, mejor, pero estaba bastante pillado de responsabilidades y ocupaciones. Lo de ahora es más ligero porque no tengo tanto volumen de trabajo. Tuve el Flamin Club en Oviedo, de 2001 a 2012, y el Sonotone, en Gijón, de 2007 a 2012.

- ¿Qué pasó entre 2011 y 2012?

-Fue el tiempo que tardé en vender mi parte a los socios. Cansé de la hostelería después de 20 años de trabajar en ella.

- ¿Siempre hostelería?

-No. Me independicé a los 23 años. Combinando con estas cosas trabajé en el departamento de publicidad de un supermercado, en imprentas, en una empresa de enseñanza no reglada de idiomas. Empecé en el diseño gráfico, peleándome con mi ordenador, para hacer mis carteles de actuación, pero a partir de 2003 lo estudié en la primera promoción de la Escuela Superior de Artes de Avilés. Aprendí muchísimo.

- ¿Ha ajustado su modo de vida a sus apetencias?

-Sí. Decidí un cambio con algo de cura de humildad, que es sano. Llegué donde no era nadie y conseguí hacerme un sitio. Ahora me apetece más tranquilidad. He hecho una oposición para trabajar de señalero en el aeropuerto de Menorca y, como es un trabajo estacional, podría venir a Asturias después de que acabe la temporada alta. Si me llaman puede ser una buena jugada. Me permitirá seguir con todas mis actividades, incluida la programación cultural.

- ¿Qué es eso?

-Hemos montado una asociación para hacer contenidos para eventos. Vengo de montar uno importante que mezcló arte, música y recaudación para un campo de refugiados en Palestina.

- ¿Cómo se vive en Mahón?

-Tiene 40.000 habitantes. La ciudad no se siente. Debe de haber dos semáforos y no hay casas altas. En verano se triplica la población. El clima es muy agradable aunque tiene su tramontana, su humedad, frío en invierno y unas casas no demasiado preparadas.

- ¿Y cómo vive usted?

-Ahora estoy sin pareja. He vuelto a compartir piso, esta vez con una chica a la que conocía y, aparte de la ventaja económica, es un ejercicio saludable. Llevaba siete años solo.

- ¿Qué hace cuando no trabaja?

-Dibujar un poco, leer, perderme en la naturaleza, ejercicio, meterme en el mar, buscar música y ver cine. Echo de menos ir de monte, algo a lo que nos animaba mi padre y que practiqué incluso después de trabajar toda la noche y con solo seis horas de sueño. Por eso lo ideal y lo que voy a intentar es tener un pie aquí y otro allá.

- ¿Cómo ve Oviedo cuando regresa?

-No tiene los regidores que se merece. Le falta un centro cultural polivalente y moderno para que la gente o las asociaciones creen, se oiga música y se exponga. Es aberrante. Los hay en todas partes.

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