"Soy espía y tengo miedo..." Julia Navarro derrama en "La sangre de los inocentes" una intensa aventura por escenarios como Jerusalén, Granada, Roma o Estambul, y que sirve a la autora para profundizar en las razones de la sinrazón religiosa y la intolerancia a través de los siglos. Su novela se incorpora este fin de semana a la colección de LA NUEVA ESPAÑA de narrativa española actual, y se podrá conseguir por 5,95 euros más el periódico del día.

Navarro (Madrid, 1953) cuenta su carrera como escritora por éxitos. Tras una larga y fructífera trayectoria como periodista política, emprendió el camino literario con "La Hermandad de la Sábana Santa", novela que devoró ediciones y superó el millón de ejemplares vendidos. A ese título siguieron "La Biblia de barro", "Dime quién soy", "Dispara, yo ya estoy muerto", "Historia de un canalla" y "Tú no matarás", que han seducido a miles de lectores de más de treinta países.

- Sea nuestra anfitriona. ¿Qué nos espera en su novela?

-En "La sangre de los inocentes" invito a los lectores a reflexionar sobre el fanatismo. Es una novela en la que hay unas cuantas gotas de intriga, otras cuantas de Historia, pero sobre todo a viajar a lo más profundo de la condición humana, que es una constante en todas mis novelas.

- ¿Cómo nace la idea de esta historia?

-La voladura de las Torres Gemelas de Nueva York... el atentado en la estación de Atocha de Madrid... Esos fueron los desencadenantes de la novela. No podía dejar de preguntarme cómo es posible que alguien se fanatice de tal modo a través de una idea o una creencia que no le importe matar, destruir, querer aniquilar a quien no piensa, no siente, no cree en lo mismo.

- ¿Qué le costó más durante el proceso de creación?

-Lo mas difícil siempre es la construcción de los personajes, intentar que resulten reales, repletos de matices, de alguna manera se trata desde la distancia de "viajar" dentro de su propia piel.

- Le compro su secreto para enganchar a los lectores.

-Ojalá hubiera una fórmula que garantizara el saber atrapar a los lectores. Para mí cada novela es como si fuera la primera, en todas y cada una me la juego... Hasta ahora los lectores me han acompañado y se lo agradezco.

- ¿Qué poso le dejó la novela una vez concluida?

-Lo importante es el poso que ha dejado en los lectores. Me llena de satisfacción cuando me dicen que les ha interesado lo que planteo en "La sangre de los inocentes".

- ¿Qué significa la escritura en su vida?

-No concibo mi vida sin escribir. La primera vez que escribí una historia tenía siete años y era un cuento, desde entonces no he parado. Escribir es una manera de reflexionar, de indagar sobre la condición humana, de dejar volar la imaginación, de sumergirte en otras vidas, en otros mundos, es un viaje que no sabes adónde te va a llevar...

- ¿Tiene algún modelo de lector ideal en la mente?

-¡Uff! No sé que es "ser" un lector ideal. A lo que yo aspiro es que mis libros no dejen indiferente a los lectores.

- ¿Y con esta novela lo consigue?

-Creo que no va a dejar indiferente porque se trata de compartir una reflexión sobre lo que supone y ha supuesto el fanatismo de ideas y creencias a través de los siglos. Los fanáticos no construyen, destruyen, incluidos a ellos mismos.