Contra todo pronóstico (o no), Sergio Pablos se llevó el pasado domingo el "Bafta" a la mejor película animada, categoría en la que competía con "Frozen 2", "Granjaguedon: vuelve la oveja Shaun" y "Toy Story 4". Este madrileño de 47 años, formado en los estudios Disney y uno de los creadores de "Gru: mi villano favorito", en 2010, convenció a Netflix para que produjera la primera película de animación de la plataforma, "Klaus", que cuenta una conmovedora historia sobre los orígenes de Santa Claus. La película ha sido realizada íntegramente en The SPA Studios, en Madrid, con un equipo de 300 artistas de más de 22 países y en un estilo de animación que combina las técnicas tradicionales de dibujo 2D con la tecnología más avanzada. Sergio Pablos ha debutado en la dirección con "Klaus", que es el segundo filme de animación español nominado a los "Oscar" -el primero fue "Chico y Rita", codirigido por Fernando Trueba.

- ¿Le costó mucho convencer a los gestores de Netflix?

-Al principio no estaban muy receptivos, pero en cierto momento decidieron incrementar su presencia en el área de animación. Desde entonces, las cosas fueron muy fluidas y ha sido una experiencia estupenda.

- ¿Le consultaron al elegir a los actores que pusieron voz a los personajes de "Klaus": Quim Gutiérrez, Belén Cuesta, Luis Tosar?

-Las voces se grabaron originalmente en inglés, después fueron dobladas al castellano y al resto de idiomas. Seleccioné personalmente a los actores en la versión original y estuve involucrado en el casting de la versión española.

- La lección más importante que ha aprendido.

-La importancia de una buena comunicación con todo el equipo. Estaba tan enfocado en resolver los problemas narrativos que al principio no me daba cuenta de que esto no serviría para nada si no era capaz de transmitir mi visión a los más de 300 profesionales que participaron en la película. Tuve que hacer un esfuerzo para corregir este error.

- ¿Rodar una película de temática navideña no acorta su vida?

-Depende. Si es mala, sí. Pero si resulta que es buena, pasa lo contrario, se convierte en una tradición anual, y su vida es infinita. Solo el tiempo nos dirá en qué categoría acabará "Klaus".

- ¿De dónde sacó la historia?

-En cualquier momento tengo una docena de ideas flotándome por la cabeza, pero solo son conceptos inconexos, hasta que ocurre algo, un "click" que hace que se transformen en historias. Algunas llevan ahí flotando varios años, y quizás nunca lleguen a dar fruto. Hasta ahora parece que van saliendo. Cruzo los dedos para que no se seque el pozo.

- ¿Trabaja por autosatisfacción o para que los demás disfruten de su trabajo?

-Cuando de niño me enamoré de las películas de animación en el cine lo que más me atraía era la posibilidad de algún día transmitir esas emociones a un público. Se puede decir que lo hago por los demás, pero la verdad es que obtengo una gran satisfacción cuando alguien me dice que se ha emocionado viendo "Klaus". Así que también tiene un punto de egoísmo.

- ¿Por qué creo The SPA Studios?

-Trabajar en Disney fue una de las mejores experiencias de mi vida. Era una vida cómoda y siempre tuve la tentación de dejarme llevar, pero hace falta que los profesionales que hemos tenido esa suerte regresemos y transmitamos ese conocimiento a otros. Hay mucho trabajo por realizar para hacer madurar la industria de animación en Europa, y SPA Studios pretende aportar su granito de arena.

- ¿Por qué en España hay tantos estudios de animación?

-Siempre hemos tenido grandes profesionales, ya desde los legendarios Estudios Moro, pero es ahora cuando estamos demostrando más madurez. Yo echo de menos inversores privados dispuestos a apostar por este sector, y la falta de un sistema de incentivos fiscales que haga que aquellos que estén dispuestos a invertir, ya sean nacionales o extranjeros, se encuentren con unas condicionas favorables para hacerlo. Las ayudas o subvenciones directas están muy bien y son necesarias para que exista un cine independiente y para apoyar a nuevos talentos, pero también hay que tener en cuenta otras vías.