El Gobierno regional parece decidido, al fin y tras varios años de promesas, a alumbrar una nueva regulación que permita nuevos usos para la conservación de los hórreos y panera de Asturias, una de las señas de identidad del paisaje asturiano que, sin embargo, está en proceso de extinción. La causa: que estas construcciones de madera han dejado de tener la utilidad práctica original, ser los graneros de la casería tradicional. La Consejería de Cultura ha anunciado la constitución de la llamada "Mesa del Hórreo", en la que distintos "expertos, asociaciones y profesionales" perfilarán qué medidas son necesarias para conseguir que estas construcciones, muchas de ellas centenarias, sigan en pie. Entre los asuntos que se debatirán está su uso como habitación o como alojamiento rural singular. Esta utilidad, ahora prohibida, es una de las salidas que algunos defensores de los hórreos consideran idóneas para promover su conservación.

Según la consejería de Cultura, la Mesa del Hórreo "trabajará, sobre todo, a partir de varios documentos técnicos elaborados en los últimos años y que permiten concretar el ámbito en el que se debe actuar para abordar cuestiones relevantes que nunca se han regulado expresamente, como los usos permitidos, la evolución de las tipologías, la concreción de materiales y sistemas de restauración o el carácter mueble-inmueble de hórreos y paneras".

La base para el trabajo serán, tal y como detalla Cultura, tres documentos: "Registro de soluciones técnicas tradicionales para el montaje de hórreos y paneras", una obra de Gonzalo García y Santiago Astuy; "El lenguaje clásico del hórreo asturiano. Serie tipológica y quintana", escrito por Juan Pedrayes, Astur Paredes y Salvador Barro y, finalmente, el "Documento marco de recomendaciones sobre la gestión de bienes patrimoniales de carácter de carácter etnológico: hórreos y paneras", elaborado por la etnógrafa Cristina Cantero. Tal y como indica, la consejería estos trabajos se harán públicos en una página abierta por Patrimonio con el fin de facilitar las aportaciones ciudadanas al debate.

Entre los aspectos que abordará la Mesa del Hórreo estará si se deben regular desde el servicio de Patrimonio los hórreos de nueva construcción o "si el hórreo nuevo sigue siendo hórreo". También "si se pueden añadir elementos (cerramiento, ventanas o instalación eléctrica) y seguir considerándolo hórreo". Del mismo modo, los expertos también debatirán acerca de su uso, "incluido el habitacional o como alojamiento rural singular, o la posibilidad de graduar su protección en función de criterios como la antigüedad, la decoración o su emplazamiento".

El último de los papeles citados por Cultura, el documento elaborado por Cristina Cantero, ya fue debatido el pasado mes de abril de 2019 en la Comisión de Etnografía, órgano asesor del Consejo de Patrimonio Cultural de Asturias. Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, comenzó a elaborarse en 2017, especialmente a raíz de la polémica del IBI. Pese a que, en puridad, los hórreos son bienes muebles (están hechos para montarse, desmontarse y trasladarse) sus propietarios tienen que pagar este impuesto sobre los bienes inmuebles. Uno de los principios que se defienden en este informe es adaptar estos graneros a la realidad actual para encontrarles un futuro que podría pasar por usarlos como alojamientos rurales, albergues de peregrino, bar tienda, puntos de información para visitantes o bibliotecas.