"Sostener que se regula la eutanasia para ahorrar es una obscenidad política", sostiene la diputada socialista María Luisa Carcedo, que ayer, en la misma semana en la que defendió la tramitación de la proposición de ley de eutanasia en el Congreso, la presentó en Oviedo, en la sede de la Federación Socialista Asturiana (FSA).

Carcedo se refería a las declaraciones de José Ignacio Echániz, diputado del PP, unas palabras que la exministra de Sanidad considera "una falta de respeto" hacia quienes defienden ese derecho para sus familiares y "un sarcasmo", por los recortes en sanidad acometidos por los gobiernos de derechas. Carcedo expresó su confianza en que la ley que regula la eutanasia esté aprobada antes de que acaben las sesiones parlamentarias, el 30 de junio.

Esta es la tercera vez que la ley de eutanasia llega al Congreso y Carcedo confía en que "no haya dilaciones innecesarias" ni se retrase por "triquiñuelas parlamentarias". Recordó que la última vez hubo 19 solicitudes de ampliación del plazo para presentar enmiendas, que bloquearon su tramitación. La diputada citó explícitamente a Ciudadanos, "que también contribuyó lo suyo a que la ley no saliera adelante, tristemente con un asturiano en la mesa".

"Nuestro sistema sanitario -que está valorado como el mejor del mundo, abarca todas las enfermedades y es muy eficaz- debe ampliar su mirada", manifestó Carcedo. La diputada aludió a "la condición humana" y a su sometimiento a la enfermedad y la muerte. Subrayó que la ley es "enormemente garantista" y muy similar a la que está en vigor en Bélgica. Explicó que solo el enfermo puede tomar la decisión, que no es delegable en una tercera persona y que debe ratificarse en un plazo de 15 días, que dos médicos deben intervenir en el proceso de decisión, una comisión ha de dar el visto bueno y se puede revocar en cualquier momento. Carcedo indicó que la ley regulará la objeción de conciencia del personal sanitario y prevé que la composición y los plazos de comisión de control que evalúa los casos, que depende de las autonomías, sea objeto de debate en la ponencia.

"Lo que regula la ley es la ayuda para morir, y para morir en dignidad", insistió Carcedo, que especificó que la eutanasia solo será aplicable en España en casos muy concretos, de "deterioro personal, desconexión con el mundo, enfermedades irreversibles, cuando no haya tratamiento y el horizonte es de un enorme sufrimiento" y la muerte no sea inminente y sea posible que se demore durante varios meses. "Es por humanidad", "se trata de ser empáticos y compasivos", añadió la exministra.

"La derecha tendrá que explicar por qué se opuso a la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo y ahora se casan, por qué se opusieron a la del divorcio y se divorcian, por qué se opusieron a la de interrupción voluntaria del embarazo y no sé lo que hacen", objetó María Luisa Carcedo. Durante su exposición, en varias ocasiones, respaldó sus argumentos con palabras del ingeniero gijonés Fernando Cuesta, enfermo de ELA y que viajó a Suiza para recurrir allí a la eutanasia.