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La crónica en vídeo de Lalo López, un asturiano en la China del coronavirus: "Todo está cerrado"

El ovetense relata el día a día del brote recorriendo con su cámara las calles de Shanghái: "Mi familia se queda tranquila"

Un trabajador toma la temperatura al ovetense.

El ingeniero Eladio López vive desde hace ocho años en Shanghai, una ciudad de 24 millones de habitantes atenazada desde hace semanas por el temor al brote de coronavirus de China. Recorre con su cámara las calles vacías del distrito de Changning en el que vive para relatar el día a día del brote de la enfermedad en el Gigante Asiático. "Todos los restaurantes están cerrados, la comida se pide a domicilio", relata.

Eladio López, más conocido como Lalo, ha experimentado en primera persona las kilométricas colas para obtener una mascarilla; le han tomado la temperatura cada vez que ha querido tomar el metro y ha paseado en bicicleta por las desiertas calles de su barrio que cuenta casi con un millón de habitantes.

Lo ha vivido y lo ha contado en tres vídeos que ha subido a su canal de Youtube. "Los vídeos me sirven de terapia porque aquí no hay bares ni tampoco demasiada fiesta. Además, así mi familia se queda más tranquila", relata.

Lalo se trasladó a Shanghai hace cosa de ochos años. Llegó con una beca de estudios. Aprendió chino, pero quiso más. Encontró trabajo y decidió quedarse a vivir en el Gigante Asiático. Siempre tuvo pasión por la edición de vídeos y ciertas dotes para la comunicación. Y en la suma de esas dos partes nació "This is Lalo", su modesto canal de Youtube.

La crónica en vídeo de Lalo López, un asturiano en la China del coronavirus: "Todo está cerrado"

La crónica en vídeo de Lalo López, un asturiano en la China del coronavirus: "Todo está cerrado"

"Me gusta la edición de vídeo y como tenía el canal, aproveché para contar cómo se vive en la China del coronavirus", explica al otro lado del teléfono. Lleva tres en total y la mayoría son didácticos. Explica cómo es el día de sus vecinos y las peripecias que hay que hacer para conseguir una de las máscaras que otorga el Gobierno de China. "Aún voy con una mía de casa, la oficial no me ha llegado", apunta.

La infección del coronavirus en China ha coincidido con la celebración del Año Nuevo, que tuvo lugar el 25 de enero. "Shanghai es una ciudad parecida a Madrid o a Oviedo en verano, en fiestas se vacía. Es una continuación, todo está vacío o cerrado", apunta.

Desde entonces, Lalo López se dedica a recorrer las calles en su bicicleta, protegido con su propia mascarilla y unas gafas de sol de color naranja. Interroga a la población sobre sus inquietudes y hace divertidos comentarios a la cámara sobre lo más cotidiano. "Los restaurantes están cerrados, casi toda la comida se pide a domicilio y los repartidores dejan la comida a la entrada para que no haya contagios", cuenta.

Lalo López es consciente de los apuros por los que pasa China. "Hay una cuarentena voluntaria de 14 días y casi todo el mundo la está cumpliendo. Hay algunos que han donado mascarillas, dinero para los hospitales y varios médicos, tras superar la enfermedad, han vuelto a sus trabajos para cuidar a los enfermos", apostilla.

La situación en Shanghai no es dramática. A Wuhan, la ciudad epicentro del brote hay una distancia de casi 850 kilómetros en coche. "El agua, la comida, la luz y la recogida de basuras está asegurada. Solo ha muerto una persona de 26 millones", afirma.

Eso no quiere decir que las medidas de protección no sean extremas. "En Wuhan no se están exagerando las cosas, es una catástrofe, pero está localizado. Lo gordo está ahí y lo de aquí es por precaución. Es mejor prevenir que curar", sostiene.

"Trato de contar un poco la realidad de lo que se está viviendo aquí. En el metro, te comprueban la temperatura con una pistola láser los propios trabajadores del transporte para minimizar los riesgos y todo está muy vacío", insiste el ovetense de 32 años.

"No se exagera, todo el mundo va con mascarilla salvo en casos muy concretos. Por ejemplo, en el súper mercado de debajo de mi casa es obligatorio llevarla, si no, te quedas fuera", afirma el asturiano. "Aquí la gente se lo está tomando muy en serio", zanja.

Mientras todo vuelve a su cauce, Lalo López seguirá contando armado con su cámara y protegido con su máscara y sus gafas el día a día de Shanghai en uno de los momentos más complicados de la historia reciente de China.

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