"Domesticar el fuego supuso un salto cualitativo para el hombre, ya que permitió incorporar muchos alimentos a la dieta". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el científico Marco de la Rasilla, profesor de Prehistoria de la Universidad de Oviedo y director científico de la exposición "Humanos!", que relata seis millones de años de evolución de la humanidad, desde los primates hasta el "Homo sapiens". Una muestra que puede visitarse en La Sala de LA NUEVA ESPAÑA (anexa al edificio del periódico), hasta el 31 de marzo, de lunes a viernes, de 17.00 a 21.00 horas, y los sábados, domingos y festivos, de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 21.00 horas.

La exposición cuenta de un modo muy visual cómo el "Homo sapiens" es el resultado de un largo proceso evolutivo con cinco momentos cruciales: el bipedismo, la fabricación de herramientas, el control del fuego, la autoconsciencia y el símbolo o el inicio de la capacidad de abstracción. A esos cinco hitos se unen otros como el comportamiento social cooperativo, el lenguaje, la domesticación de plantas y animales y la cocina, que, a juicio de Marco de la Rasilla, "ha podido ser una de las espoletas del lenguaje". "La cocina es el lugar donde nos comunicamos en una comunidad; el fuego ligado a la transformación y preparación de los alimentos pudo ser determinante en el desarrollo de esa capacidad para comunicarse", indicó el profesor, también director de las excavaciones de la cueva del Sidrón, en Borines (Piloña), donde en 1994 se encontraron restos de un grupo de trece neandertales.

De pie y caminando

Belén López, profesora del área de Antropología Física de la Universidad de Oviedo, intervino ayer también en el Club y centró su exposición en el desarrollo de las capacidades físicas de los homínidos. "Aunque siempre se pensó que la primera capacidad que se fue ampliando fue la craneal, lo cierto es que se trata de la locomoción bípeda, característica que no tenían los otros linajes", explicó.

Esta habilidad netamente humana de caminar sobre dos piernas supuso una transformación anatómica que va desde la forma de la columna vertebral a la tipología de la cintura pélvica o la estructura del hueso fémur. "En el caso del chimpancé, los huesos corren paralelos, no tienen las mismas estructuras que las de los humanos, y aunque la bipedia no es el medio más eficaz de locomoción, sí presenta una serie de ventajas como la termorregulación frente a las exposiciones al sol", indicó la profesora. "Todos esos cambios han tenido su precio evolutivo, en forma de pies planos, varices, hernias de disco o patologías en la articulación de la rodilla", añadió López, especialista en el estudio de las poblaciones humanas desde el Mesolítico hasta la época actual.

Marco de la Rasilla, que ha centrado parte de sus trabajos en el análisis de los grupos humanos cazadores recolectores del Paleolítico Medio y Paleolítico Superior, consiguió que el público que llenó el Club lograse desplazarse con la mente hasta los parajes y cuevas que habitaban aquellos lejanos antepasados, que descubrieron, por ejemplo, cómo partiendo rocas encontraban filo y puntas que servían para fabricar objetos, con materiales como el sílex, rocas volcánicas y cuarcita, en el caso de Asturias. "Si miramos hoy el cajón de nuestras cocinas vemos que en esencia también tenemos filos y puntas", recalcó el investigador.

Nuevas herramientas

"La introducción del hueso en las herramientas permitió realizar útiles que no pueden conseguirse solo con piedra", señaló De la Rasilla, que dejó constancia del tardío desarrollo de tareas como la pesca, entendida como actividad que nació con el invento del arpón. La aguja de coser, ideada hace 19.000 años, fue otro de los artilugios destacados por Marco de la Rasilla. A esos objetos que facilitaron la vida diaria fueron sumándose elementos vinculados a lo psicológico y lo emocional. "Aparecen los enterramientos y se muestra la jerarquía social", detalló el profesor.

La cerámica introdujo la posibilidad de fabricar más objetos y la metalurgia dio lugar a la punta de flecha en diferentes formatos. "Otro de los momentos clave fue el paso del carroñeo a la caza y la explotación selectiva de especies animales como el ciervo, del que se aprovechaban la carne, la piel y las astas", explicó el científico. Tanto Marco de la Rasilla como Belén López se mostraron optimistas ante el futuro de la humanidad: "Encontraremos el modo de salir adelante, igual que hicieron nuestros ancestros".