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La crisis deja al aire el riesgo de concentrar la fabricación en China

"Muchos grupos buscarán más proveedores y eso abre oportunidades para Asturias", dice el consultor Martínez Calleja

Mario Martínez Calleja.

La crisis sanitaria causada por el coronavirus Covid-19 está afectando a la economía, pero hay que extremar la prudencia y evitar los alarmismos y actuar con "mesura": la mortalidad hasta ahora es baja y su impacto económico dependerá de la duración e intensidad, señala el profesional gijonés Mario Martínez Calleja, especialista en comercio global y socio-director internacional de Llana Consultores, compañía asturiana con sedes en Gijón y Madrid.

Martínez Calleja, con experiencia en China, donde trabajó durante cuatro años para el instituto español de exportaciones e inversiones (ICEX), vivió en Shanghai en 2003 la epidemia del SARS (síndrome respiratorio agudo y grave). "Como ocurre con el caso actual, nos dieron mascarillas, hubo pánico y, al igual que se ha hecho ahora en Wuhan, se montó un hospital en Pekín para atender a los pacientes. A los dos o tres meses, la alarma había descendido", explicó ayer.

El socio de Llana apunta que la actual crisis abre paradójicamente posibilidades para territorios con cultura y tradición industrial como Asturias: "Muchas empresas, caso de las del sector de automoción y otros, están descubriendo en estas semanas el riesgo de depender de forma tan acusada de los suministros de un solo país proveedor, y esto abre una oportunidad para que Asturias se reposicione en algunas de sus especialidades, caso de la metalmecánica, para ser suministradora a grupos que hoy sólo se abastecen en China y han empezado a buscar otros países proveedores". Este fenómeno, precisa, se produce en un contexto en el que ya había empezado un proceso de "regreso de empresas de China a Europa o países cercanos".

Afectación. Martínez Calleja constata que el contagio está afectando a la economía porque muchas fábricas chinas que son habituales exportadoras a occidente y proveedoras de empresas de diversos países prolongaron las tradicionales vacaciones del Año Nuevo Chino (fines de enero) para intentar neutralizar la transmisión del virus y porque ocurrió lo mismo en muchos puertos marítimos del gigante asiático, lo que frenó los embarques y también la desestiba de mercancías, con lo que se frenaron tanto las importaciones como las exportaciones.

"El sector de automoción y otras industrias están teniendo fallos en el suministro de piezas y componentes procedentes de China", indicó el socio-director de la compañía consultora asturiana. "Alguna multinacional china para la que trabajamos tiene parada la fábrica y no tiene en este momento ni personal ni suministros internos. Hay problemas logísticos porque está todo suprainterrelacionado", explicó Mario Martínez .

Efecto. "Asturias exporta poco a China pero sí lo hacemos a Alemania, Francia y otros países muy expuestos al mercado chino, por lo que, de prolongarse la situación, acabará afectando", indicó este especialista gijonés. A ello se suma la situación de aquellos otros negocios del Principado que tienen una alta dependencia del país asiático bien como mercado de venta de sus fabricaciones o como origen de productos, componentes y materiales. Este doble efecto chino podría reproducirse en el caso de Italia, un país del que Asturias importa menos pero al que exporta más que a la potencia asiática.

Oportunidad. Más allá de los efectos negativos de esta crisis sanitaria (tanto humanos como económicos), el coronavirus Covid-19 puede intensificar el fenómeno de "regreso" de la producción de China hacia Europa y áreas aledañas que ya venía produciéndose, indica Martínez. "Tanto por tiempos de transporte, como por factores culturales y porque los salarios se están elevando en China, muchas empresas estaban ya buscando nuevos centros de aprovisionamiento. Esta crisis ha puesto de manifiesto la gran vulnerabilidad que entraña depender de un solo país". La automatización y digitalización, que reduce el peso del factor del trabajo, también resta atractivo a la fabricación en países con menor coste salarial. "Asturias, por su cultura y tradición industrial, tiene una oportunidad para reposicionarse en las cadenas de producción con una oferta de valor, con valor añadido, haciendo cosas nuevas y productos personalizados. Dos clientes austriacos que visitaron Asturias se sorprendieron de la cultura industrial de la región, que ya no esa fácil encontrar en Europa, incluido en el Este".

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