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"La gente está asustada"

Los clientes del hotel de Tenerife donde se hospedaban el médico italiano y su mujer contagiados están confinados por la Policía

Unos jóvenes, en el exterior del hotel de La Caleta (Adeje) aislado por el coronavirus. ANDRÉS GUTIÉRREZ TABERNE

Clientes del hotel del Sur de Tenerife donde se hospedaban el médico italiano y su mujer contagiados por el coronavirus se mostraron sorprendidos a primeras horas de ayer al saber que no podían salir del establecimiento, confinados por la policía. Varios reconocieron que se enteraron por personas ajenas al complejo o a las autoridades competentes. En unos casos fueron llamados por familiares y, en otros, por periodistas. También hubo huéspedes que recibieron por debajo de la puerta la comunicación en la que se sugería que no salieran de sus habitaciones. Hasta mediodía, casi todos se quejaron de la falta de información de lo que estaba ocurriendo, así como de lo que iba a ocurrir en las horas siguientes o en los próximos días.

Domingo T. llegó a La Caleta (Adeje) con su mujer desde Bilbao y explica que "la gente está asustada; va con mascarilla y está alarmada". Asegura que "está muy bien que las autoridades tomen precauciones, apliquen la normativa de la Unión Europea y el protocolo, pero, a lo mejor, están pasándose tres pueblos".

"Cuanto antes vengan a hacernos las pruebas, mejor", señala María González, una clienta leonesa del hotel H10 Costa Adeje Palace. Desde la agencia de viajes le explicaron que, si el referido hombre transalpino y su esposa vuelven a dar positivo en el análisis efectuado en Madrid, deberán pasar un periodo de cuarentena de, como mínimo, dos semanas en el hotel. Explica que en el Costa Adeje hay muchos extranjeros.

"Solo tengo que cuidarme", explica Kathy, una británica que llegó para vivir el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife junto a una amiga que reside en la capital de la isla. Casi no ha abandonado el establecimiento durante su estancia, puesto que el domingo permaneció dentro de él debido a la calima. Y en la mañana de ayer quedó bajó el aislamiento. En recepción la informaron de que podía bajar al restaurante y hacer uso de la piscina, aunque a todos los clientes se les recomendó que pasen todo el tiempo posible en la habitación. Ella, aunque resignada a que la situación se prolongue durante dos semanas, dice estar tranquila, pero expresa su preocupación por las familias con hijos.

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