"Dígale a mi mujer, por favor, que estoy bien". Fue el mensaje que el gijonés de 70 años, primer caso diagnosticado de coronavirus en Asturias, transmitió ayer a su esposa a través de una enfermera. Fue hacia las nueve y media de la noche, desde una habitación de la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), centro en el que ambos permanecían ingresados desde la siete de la tarde de ayer, aproximadamente. Ella estaba aislada en otra habitación a la espera del diagnóstico para confirmar si padece o no también el COVID-19, mientras que el personal sanitario seguía la evolución del paciente cuyos análisis para conocer si su dolencia se debía al virus había dado positivo. Ambos, nacidos en 1949 y 1952, respectivamente, llevan años residiendo en Gijón.

Tanto el paciente cuyo contagio está confirmado como su esposa empezaron a encontrarse mal en la noche del pasado domingo, día 23, hace hoy una semana. Fue al regreso de un viaje en vehículo privado que hicieron, en compañía de otro amigo, desde una localidad del distrito de la ciudad portuguesa de Oporto. Los tres participaron en un concurrido congreso, pero también algunos españoles. El cónclave había comenzado el día 18. El acompañante del matrimonio, que prefiere mantener el anonimato, explicó anoche a este periódico que se encuentra en buen estado de salud y que los servicios sanitarios le han pedido que haga vida normal y evite, por el momento, las multitudes.

"Algún escalofrío"

Volvieron los tres a Gijón en su propio coche y sin hacer paradas en el trayecto, explicó la esposa del paciente infectado con el coronavirus. La mujer ha contado que antes de ese viaje llegó a sentir algún escalofrío, pero que lo relacionó con un principio de resfriado que trató con paracetamol. Desde la misma noche de su llegada a Asturias, el gijonés empezó a encontrarse enfermo. "Transpiraba mucho, tenía fiebre y malestar en todo el cuerpo", contó la mujer.

Ese malestar no remitió en los días sucesivos. El amigo de la pareja que asistió con ambos al congreso cerca de Oporto llamó el martes al afectado. Y éste relacionó su persistente malestar y la febrícula con un fuerte proceso gripal. Estuvo en ese estado varios días, sin salir de la cama.

Según ha relatado la mujer del enfermo, al ver que su marido no experimentaba mejoría decidió el pasado viernes (los responsables del Principado dijeron ayer que fue un día antes, el jueves) acudir a la clínica Covadonga, en Gijón. Fue en este sanatorio donde realizaron las primeras pruebas al gijonés, aunque lo enviaron de nuevo a su domicilio a la espera de resultados concluyentes.

"Quedamos para volver al día siguiente (ayer, sábado) para hacer otras pruebas y una placa, que fue con la que le vieron las manchitas en el pulmón", indicó la esposa. Ambos regresaron a su domicilio, pero, antes de las seis de la tarde, una ambulancia del SAMU para evacuar al matrimonio hasta el HUCA.

Según el testimonio de la mujer a este periódico, su marido no salió de casa durante los días en que se encontró enfermo, esto es, desde su regreso del congreso en Portugal. Las únicas dos personas que convivieron en la casa con la pareja fueron una mujer del servicio doméstico y la secretaria del paciente cuya infección está confirmada.

Los servicios asturianos de vigilancia epidemiológica han identificado, sin embargo, a entre cuatro y seis personas que tuvieron un contacto más estrecho con él. En esa misma circunstancia está el personal sanitario que le atendió en la clínica Covadonga y un grupo que no excede de diez personas con las que aquel tuvo un contacto casual en el centro sanitario.

El primer paciente con coronavirus detectado en Asturias lleva más de veinte años avecindado en Gijón.