La epidemia del coronavirus ha contagiado también a la economía mundial y puede acabar haciéndola gripar. Las señales de alarma las encendió ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que advierte que en el peor de los escenarios -es decir, si la expansión de la enfermedad no se frena- el crecimiento económico sufriría un importante frenazo y varias economías entrarían en recesión, incluyendo la zona euro. En concreto, este organismo estima que la economía mundial frenará al 2,4% su expansión este año (frente al crecimiento del 2,9% de 2019) y habrá países como Italia que lo pasarán bastante mal.

La OCDE -que no da estimaciones sobre el impacto que todo esto pueda tener sobre la economía española- subraya que sus nuevas proyecciones asumen que la epidemia de coronavirus alcanzará su apogeo en China durante el primer trimestre, tras lo que seguirá una recuperación gradual, mientras que los casos de otros países tendrán un carácter esporádico y lograrán contenerse, ya que en caso contrario las previsiones de crecimiento serían sustancialmente más débiles.

En el escenario más catastrófico, que incluiría una fuerte expansión del virus a través de Asia, Europa y Norteamérica, la organización alerta de que el crecimiento de la economía global podría verse reducido al 1,5% en 2020, la mitad de lo anticipado en noviembre.

Pero las previsiones no son tan catastróficas. Aun así, la OCDE ha bajado su previsión de crecimiento para China, que en 2020 crecerá un 4,9%, ocho décimas por debajo de lo previsto hace unos meses, aunque la organización confía en que el gigante asiático se recupere en 2021, con una expansión del 6,4%. Estados Unidos apenas se resentirá, mientras que la eurozona ha visto recortada en tres décimas su previsión de crecimiento, hasta el 0,8%.

Entre las mayores economías de la eurozona analizadas, Alemania crecerá en 2020 un 0,3%, una décima menos de lo previsto; mientras que Francia perderá tres décimas de crecimiento este año por la epidemia, hasta el 0,9%. En el caso de Italia, uno de los países más afectados por el coronavirus fuera de China, la OCDE ha recortado en cuatro décimas su pronóstico de crecimiento del pasado mes de noviembre y ahora anticipa que la economía italiana se estancará en 2020, sin que en 2021 haya perspectiva de rebote alguno, por lo que mantiene su proyección de crecimiento en el 0,5%.