La Reserva Federal de EE UU, el banco central más poderoso del planeta, irrumpió ayer por sorpresa con un recorte de medio punto porcentual de sus tasas de interés de referencia para intentar aplacar el nerviosismo de los mercados a causa de la epidemia del coronavirus y su impacto en la economía. La Fed, cuyo movimiento era esperado para el día 18 por algunos analistas, precipitó los acontecimientos (no había reunión prevista para ayer de su Comité Federal de Mercado Abierto) y bajó sus intereses del rango entre 1,5% y el 1,75% (vigente desde octubre pasado) a una nueva horquilla, situada entre el 1% y el 1,25%.

El recorte es el más intenso realizado de una sola vez por la Fed desde el 16 de diciembre de 2008, cuando ajustó los tipos a la baja en 0,75 puntos porcentuales en pleno derrumbe de la economía y los situó entre el 0% y el 0,25% tras la crisis de Lehman Brothers y el inicio de la mayor recesión desde los años 30. Desde que el 16 de diciembre de 2015 emprendió la normalización de las tasas con los primeros movimientos al alza, y lo mismo cuando en 2019 rectificó y reemprendió el camino de las bajadas, la Fed siempre hizo movimientos al alza o a la baja de 0,25 puntos.

Que ahora se haya descolgado con un descenso contundente de 0,50 puntos (el doble de lo habitual), y después de una conferencia virtual de banqueros centrales y responsables económicos del G-7 (las siete mayores economías del planeta), refleja el sentimiento de preocupación existente y más cuando el presidente de la Fed, Jerome Powell, admitió, al anunciar la medida, que se tomó por unanimidad y con la consciencia de que no servirá para reparar los daños de la epidemia sobre la economía tanto por el lado de la demanda como sobremanera por la de la oferta, salvo en la medida en que aporte tranquilidad, genere confianza en inversores y consumidores, y en tanto que esto contribuya a sostener la actividad. Sin embargo, tras una primera reacción al alza de los mercados, la Bolsa de EE UU, lejos de apaciguarse, entró en estado de nervios en sus principales índices, atemorizada por la urgencia de la decisión de la Fed y sobre todo por su intensidad, insólita desde el derrumbe de fines de 2008.

Por el contrario, las Bolsas europeas (a las que la decisión de la Fed las sorprendió en el tramo final de la sesión) cerraron con alzas, aunque algunas (como la española) las moderaron tras la bajada de tipos por la Fed: el Ibex subió el 0,8% cuando estaba remontando el 3% a media sesión.

La Fed cree que su decisión será imitada por otros bancos centrales bien bajando tipos o aportando liquidez. En realidad, no es el primero que lo hace. El banco central de China ya redujo sus tasas el 3 y el 20 de febrero, entre otras medidas de flexibilización monetaria. Y el Banco de la Reserva de Australia bajó sus tipos al 0,50% (mínimo histórico en su caso) en la madrugada de ayer (hora española). Se cree que la Fed, el europeo BCE y el japonés BoJ preparan medidas para aportar liquidez a los mercados.