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Emergencia sanitaria global

La falta de suministros de China empieza a afectar a las empresas asturianas

"Estamos al borde del caos", dice un fabricante de maquinaria l El metal teme daños en su actividad por la ralentización de inversiones

La falta de suministros de China empieza a afectar a las empresas asturianas

Los impactos económicos asociados a la crisis del coronavirus. Empresas que se abastecen de productos o componentes fabricados en China, donde comenzó la epidemia, tienen ya problemas de suministros o prevén tenerlos en las próximas semanas. Tales negocios se enfrentan a una doble problemática en el coloso asiático: de una parte, las fábricas siguen sin recuperar los ritmos normales de producción; de otra, el atasco en la cadena logística complica la salida de mercancía por barco y avión.

"Estamos al borde del caos", afirma Manuel Merino, dueño de Iberfence, fabricante y exportador de máquinas hincadoras, con aplicaciones para cerramientos de fincas y explotaciones agrícolas. A excepción de los motores, todas las piezas que se ensamblan en el polígono de Asipo proceden de China. "Estamos parados y sin poder atender pedidos", añade el empresario. En su caso no ha tenido que decidir ajustes laborales porque el personal dedicado al montaje de las máquinas está destinado alternativamente a puestos en una agencia de transporte del mismo grupo.

José Ángel del Río, directivo de Temper, destaca que los problemas de logística para sacar la mercancía de China pueden convertirse en un problema mayúsculo para muchas empresas de su mismo sector. Temper, perteneciente desde 2013 a la corporación china Boer Power Holding, distribuye en Europa y el Norte de África componentes eléctricos procedentes de cuatro fábricas del mismo grupo situadas en el país asiático. "Las fábricas, que estuvieron paralizadas por la epidemia, han vuelto a producir, aunque de forma gradual", explica Del Río. Temper no tiene por ahora problemas de suministro, porque dispone de stock hasta a mayo o junio. Por la coincidencia en febrero de las vacaciones del Año Nuevo Chino y la caída de actividad que conllevan, es común que las empresas importadoras hagan pedidos mayores en los meses anteriores, lo que por el momento está aliviando en algunos casos los problemas de abstecimiento asociados al coronavirus.

El sector de los componentes eléctricos es uno de los más expuestos en Asturias. Las empresas distribuidoras e instaladoras importaron productos chinos por valor de 25,4 millones de euros en 2019. En el caso del metal, el riesgo directo es menor. Según la patronal Femetal, China aporta menos del 10% de las importaciones, "lo que supone una muy baja exposición por parte de principales cadenas de valor". Inquietan, sin embargo, otros impactos indirectos que pueden dañar la actividad del principal sector industrial de Asturias, como la ralentización de las decisiones de inversión que, a nivel global, está provocando ya la crisis del coronavirus.

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