La aparición del cuarto caso del nuevo coronavirus chino en Asturias, un varón de 48 años con un cuadro clínico leve, movió ayer a las autoridades sanitarias a adoptar una serie de medidas de calado que denotan una convicción de fondo: la batalla contra el COVID-19 va a ser larga. Los responsables sanitarios decidieron que los pacientes no graves -que sobre el papel serán la mayoría- sean tratados en sus propios domicilios, que las visitas a los hospitales se reduzcan por norma general a una persona por enfermo ingresado, y que los profesionales sanitarios se abstengan de participar en reuniones o encuentros de cualquier tipo, salvo las sesiones internas de cada servicio.

"Estas medidas se marcan como prioridad ralentizar la transmisión del nuevo coronavirus", explicó el consejero de Salud del Principado, Pablo Fernández Muñiz, quien agregó que, pese al agravamiento de la situación global, España "sigue en fase de contención" de la amenaza de epidemia.

El panorama de conjunto del coronavirus en Asturias habla de cuatro infectados confirmados. Uno de ellos está grave: el escritor astur-chileno Luis Sepúlveda, diagnosticado el pasado sábado y único que permanecía anoche en la zona de la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). La mujer gijonesa de 85 años, con neumonía, diagnosticada el martes, ha mejorado. Y los otros dos afectados sufren síntomas leves: un llanisco de 32 años diagnosticado también el martes, y el hombre de 48 años cuya infección fue confirmada ayer y que ni siquiera ha sido hospitalizado. Los cuadros menos graves han empezado a ser llevados a la novena planta del HUCA. De los cuatro, la cadena de transmisión solo está clara en uno.

Fernández Muñiz, acompañado por el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño; la gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Concepción Saavedra, y el jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica, Ismael Huerta, comparecieron ayer ante los medios de comunicación para dar cuenta de las novedades. En el entorno más directo del cuarto infectado por coronavirus también presentaba síntomas de enfermedad su hija, pero tanto esta como su esposa han dado negativo en las pruebas. Dado que su afectación es leve, el Principado valora que sea tratado en su propio domicilio y que no sea trasladado al HUCA: un modo de prevenir saturaciones hospitalarias.

Otras medidas tienen que ver con el intento de evitar la propagación del coronavirus entre el personal de la sanidad regional, como la supresión de la actividad docente (con alumnos de prácticas) en los centros donde se hayan registrado positivos de coronavirus. También se suspende la presencia de visitadores médicos en los centros sanitarios: tendrán que volcarse en el teletrabajo. La amenaza de epidemia va camino de alterar por completo la actividad sanitaria y de los sanitarios. La Real Academia de Medicina de Asturias ha suspendido sus actividades de este curso -por aquello de evitar concentraciones de profesionales del sector- y la Sociedad Asturiana de Patología Aparato Respiratorio (Asturpar) ha cancelado su congreso anual, previsto para hoy y mañana. El sindicato Sicepa-Usipa ensalzó "el trabajo ejemplar del personal de todas las áreas sanitarias, con especial mención al HUCA".