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Emergencia sanitaria global

Primeros profesionales de la sanidad que deberán guardar cuarentena en la región y quejas por la falta de medios y protección

Una decena de trabajadores están recluidos tras mantener contacto con los infectados: "No podemos saber si le va a tocar a nuestro paciente"

Zona de una consulta del centro de salud de Otero (Oviedo) acordonada por una sospecha de coronavirus. LNE

En torno a una decena de profesionales sanitarios de la región están apartados temporalmente de su trabajo tras haber mantenido algún tipo de contacto con alguno de los pacientes contagiados por el nuevo coronavirus chino. Según los responsables de la Consejería de Salud, no están propiamente en aislamiento o cuarentena, sino más bien recluidos en sus domicilios, vigilando sus constantes vitales por si surgen síntomas y con unas relaciones personales y sociales restringidas. Se trata tanto de trabajadores de ambulancias como de médicos, enfermeras u otros operarios que han participado en la toma de muestras, los traslados o la asistencia de alguno de los pacientes que ha dado positivo en los análisis virológicos.

En vista de la más que probable acumulación de bajas laborales, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) ya está tanteando la disponibilidad de los trabajadores de las bolsas de empleo de las tras grandes áreas sanitarias de Asturias: las de Oviedo, Gijón y Avilés. Ayer mismo, el centro de salud de Otero, en Oviedo, cerró por "simple precaución" la zona de acceso a una consulta en la que estuvo un paciente sospechoso.

Entre una porción relevante del personal sanitario se respira tensión y preocupación por su seguridad personal y la de su familia. Dado que en tres de los cuatro contagios registrados en la región aún no se ha aclarado cuál pudo ser el foco de la infección, parte de la plantilla de la sanidad pública sanitario de la región considera estar afrontando la epidemia sin las medidas suficientes.

Los integrantes del Servicio de Atención Continuada (SAC), por ejemplo, reconocen haber recibido los equipos de protección hace semanas, pero aseguran que han tenido que aprender a usarlos "casi por intuición".

El cambio constante -y necesario- del protocolo tampoco les ha ayudado. "Es importante porque los sanitarios, aunque suene mal decirlo, podemos ser un foco de infección fundamental. Con el coronavirus ahora mismo sentimos que no hay manera de hacer las cosas bien. No puedes sospechar de todas las neumonías ni dar por sentado que a tu paciente no le va a tocar", lamentaron ayer desde las Urgencias del Hospital de Cabueñes.

La verdadera alarma comenzó cuando se dio a conocer el contagio de una mujer de 85 años ingresada en Cabueñes, porque parte de los sanitarios que habían estado en contacto con ella -personal de ambulancias y del propio hospital- se enteraron de lo sucedido a través de grupos de WhatsApp y de la prensa. La demora se debió a que la gerencia sanitaria confirmó el positivo ya por la noche, así que tuvo que reunirse ayer por la mañana de urgencia y hacer un listado completo, según los turnos de trabajo, de los profesionales que hubiesen podido estar en contacto con la afectada. También se aclaró después con la junta de personal cuál deberá ser el procedimiento asistencial de ahora en adelante.

El resultado fue que al menos tres médicos y varias enfermeras y auxiliares de enfermería del hospital se quedarán en sus casas durante una cuarentena preventiva de 14 días, que es lo que dura el periodo de incubación. También han sido retirados provisionalmente de sus puestos de trabajo dos técnicos de ambulancias que, según aclaró Transinsa, se encuentran asintomáticos y en buenas condiciones. Para los casos de pacientes que son serios sospechosos de tener coronavirus, los sanitarios que hayan tenido contacto se quedarán en sus casas 48 horas y a la espera de que su enfermo de dos veces negativo en el virus.

Otro colectivo con quejas es el de los empleados de las residencias públicas de ancianos, que han solicitado a la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar un protocolo de actuación para intervenir en casos de sospecha y de contagios. "A día de hoy no tenemos nada y los mayores tienen una vulnerabilidad especial", lamentaron los sindicatos.

Desde las filas del SAMU, los trabajadores que atienden las UVI móviles de Asturias manifestaron su malestar por la "desidia" de los responsables del servicio a la hora de organizar y proveer la formación de los profesionales para hacer frente a la situación generada por el coronavirus. Aun ayer por la mañana se envió la comunicación al personal sobre los talleres prácticos que se impartirán a partir del viernes, día 6 de marzo, en grupos de veinte personas, pero hasta la fecha, la información necesaria, sostienen los sanitarios afectados, ha sido más que deficiente.

La comunicación enviada ayer a través de correo electrónico al personal sanitario del SAMU señala que "estamos terminando de organizar unos talleres prácticos que sirvan de actualización sobre el procedimiento de colocación y retirada del EPI (equipo de protección individual) para el personal de las UMES (Unidades Móviles de Emergencias)". Dichos talleres serán impartidos por médicos preventivistas, para grupos de 20 profesionales, en los próximos días, pues se están ultimando fechas y lugares para los grupos. No obstante, el primero de ellos, tendrá lugar el próximo viernes, a las 16:30 horas, en el salón de actos del Sespa.

La nota informativa remitida al personal sanitario añade que hay desabastecimiento de gafas protectoras de montura integral, al igual que ocurre con las mascarillas.

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