Las bolsas culminaron ayer su segunda peor semana del año, con un retroceso en el caso del Ibex 35 (índice de referencia español) del 3,54%, que le llevó a acumular una caída semanal del 3,98% y a situarse en mínimos de 2016.

El nerviosismo persiste entre los inversores por el coronavirus. Otras grandes plazas europeas se apuntaron también al rojo, con descensos del 3,37% en Fráncfort, 3,48% en Londres, 3,5% en Milán y 4,14% en París, que siguieron la estela negativa con la que habían cerrado previamente los mercados asiáticos. La tendencia prosiguió en EE UU y Latinoamérica con correctivos de similar intensidad.

El petróleo siguió abaratándose (45,5 dólares por barril el Brent y 41,93, el Texas) por la previsión de menor demanda y por la negativa de Rusia a pactar el recorte de producción de un millón de barriles diarios que propugna la OPEP.

Por el contrario, los valores refugio siguen su escalada, caso del oro y de los bonos soberanos. La deuda suma precios muy altos y rentabilidades en mínimos históricos en algunas casos. La ministra española de Economía, Nadia Calviño, admitió el "impacto" de la epidemia en la economía y pidió "mesura" y "no sobrerreaccionar" porque las medidas de contención del virus afectan a la actividad. La economía mundial está en su punto más frágil desde la crisis de 2008, dijo la consultora IHS Markit. La agencia de calificación crediticia Moody's alertó de que Japón, Alemania e Italia podrían entrar en recesión este año.