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El derbi asturiano, en el punto de mira

La crisis sanitaria estalla a solo 19 días del partido en El Molinón l Las peñas del Oviedo y el Sporting piden aplazar los encuentros: "No puede haber fútbol sin aficionados"

El derbi asturiano, en el punto de mira

El Oviedo y el Sporting, las entidades deportivas más importantes de Asturias, han tenido que cambiar sus hábitos debido al avance del coronavirus. En Gijón se han aplicado medidas más restrictivas, con Mareo cerrado a cal y canto, únicamente abierto para personal deportivo, hasta nueva orden: no habrá ni ruedas de prensa. En El Requexón, ciudad deportiva del Oviedo, las medidas, de momento, son mas laxas.

El escenario actual, además, llega a falta de solo 19 días para la celebración del derbi asturiano en El Molinón, sobre el que nadie se atreve a pronosticar qué pasará. De momento, las dos próximas jornadas en Primera y Segunda se jugarán a puerta cerrada (el Oviedo juega dos partidos seguidos en el Tartiere y al Sporting le sucede lo mismo pero a la inversa) y ambas aficiones, separadas en tantas otras cosas, parecen haberse puesto de acuerdo en rechazar la medida y optan por el aplazamiento de los partidos.

El Oviedo se adelantó ayer a la postura oficial y comunicó por la mañana la suspensión de la campaña de promoción que tenía en marcha de cara al siguiente partido en el Tartiere, el sábado ante la Ponferradina (18.15 horas). Poco después, la Liga hizo oficial la postura, a instancias del Gobierno, de jugar a puerta cerrada. El Oviedo juega esta jornada contra la Ponfe y la siguiente frente al Dépor, ambos encuentros en el Tartiere. El club azul, no obstante, rechaza que los encuentros sean a puerta cerrada y opta por el aplazamiento, una postura secundada por la Asociación de peñas del Oviedo (APARO). "Que sea a puerta cerrada nos parece mal, lo lógico es aplazarlo. Además, ¿que sentido tiene? Los bares de la zona estarán llenos para ver los partidos y estaremos en las mismas", opina Jaime Campillo, vicepresidente de la APARO, que critica la rapidez del club en cancelar la promoción de socios: "No se puede crear esa psicosis antes de que las autoridades digan nada". El club azul, además, ya está devolviendo las entradas de acompañante que fueron retiradas por su abonados antes de los acontecimientos y canceló todos los entrenamientos de la cantera. La plantilla del Oviedo verá alterados sus rutinas habituales. De momento, los jugadores no se concentrarán antes del encuentro en un hotel, como es habitual, y acudirán directamente al estadio desde su domicilio. Carlos Hernández, central del Oviedo, valoró ayer esta situación extraordinaria creada por el coronavirus: "Jugar sin nuestra gente nos restaría, pero son cosas que no decidimos nosotros. Nos preocupa la situación del equipo e intentamos aislarnos del tema", dijo el central.

La situación en el Sporting es distinta. A Mareo podrán acceder los jugadores de las categorías inferiores, así como entrenadores, y el personal técnico y autorizado del club. No se descarta, sin embargo, que se adopten nuevas medidas. "Nunca hemos pasado por algo así. Se nos va a hacer raro jugar a puerta cerrada", apunta Pedro Díaz, futbolista del Sporting, quien asume y entiende las medidas adoptadas por el Gobierno ante el avance del coronavirus. No oculta, sin embargo, su inquietud por la posibilidad de que se mantenga este dispositivo para el duelo ante el Oviedo. "Esperamos que no sea así. Vamos a necesitar El Molinón lleno", subraya.

Las peñas del Sporting comprenden la medida, pero llaman a que el fútbol se pare totalmente. "Los partidos deberían ser aplazados. No entendemos que se juegue sin afición en las gradas. Los jugadores también deberían estar parados. Entendemos que esta medida debería incluirles como trabajadores del fútbol", explica Jorge Guerrero, presidente de la Federación de Peñas Sportinguistas. Una postura, la del aplazamiento, que comparte Unipes, la otra asociación que aglutina al grueso de peñistas del Sporting. "Aceptamos y entendemos la preocupación por la salud pública, pero nos consideramos enormemente perjudicados y nuevamente ninguneados. Sin aficionados no hay fútbol", subrayan en un comunicado. La última vez que el Sporting jugó un partido a puerta cerrada fue en 1977, en el campo de Las Margaritas, ante el Calvo Sotelo.

Dos mil sportinguistas tenían previsto desplazarse a La Coruña para apoyar al Sporting en su partido ante el Dépor este sábado. Las nuevas medidas no evitarán que lo hagan algo más de quinientos. "La gente que reservó hotel no quiere perder su dinero porque no se está reembolsando, por lo que viajará igualmente y aprovechará para hacer turismo", explica Jorge Guerrero. El Sporting ya ha procedido a la devolución del importe de las 900 entradas enviadas por el Dépor a Gijón. "Me parece una medida algo exagerada, hay manifestaciones que se hacen con mucha gente, pero no se hace nada al respecto", señala Israel Iglesias, el primero en recoger su dinero, aunque viajará igualmente a La Coruña.

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