Los trabajadores que sufran contagio de coronavirus o que deban someterse a cuarentena por haber estado expuestos a ello recibirán un tratamiento singular a efectos de la Seguridad Social: sus bajas laborales tendrán la condición de incapacidad temporal por enfermedad profesional o accidente de trabajo en lugar de incapacidad por enfermedad común. Esta medida aliviará las cargas para las empresas porque la Seguridad o en su caso las mutuas asumirán desde el primer día de la baja los costes de la prestación que recibe el trabajador. Y para éste último supondrá mayor ingresos porque, en caso de enfermedad profesional, la prestación equivale al 75% de la base reguladora desde el primer día, mientras que cuando se trata de enfermedad común, y salvo que se fije otra cosa en el convenio colectivo, el asalariado no recibe nada durante los tres primeros días, cobra el 60% de la base reguladora entre los días cuarto y vigésimo y recibe el 75% a partir de entonces.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció las líneas maestras del plan de choque que pretende consensuar mañana con patronales y sindicatos. En una comparecencia tras su participación en el Consejo Europeo por videoconferencia para abordar la crisis del coronavirus, Sánchez predijo "semanas difíciles" y que "el impacto" de la epidemia (también el económico) "será contundente y serio pero transitorio" y garantizó "el abastecimiento" a la población".

El plan de choque que diseña el Gobierno se plantea en cinco bloques. Habrá recursos, según Sánchez, para "proteger el bienestar de las familias" afectadas por los cierres de colegios (se habilitarán reducciones de jornadas y ayudas para el cuidado de los menores); medidas para "garantizar el suministro y abastecimiento de medicamentos y material sanitario"; disposiciones para la "flexibilidad laboral", de forma que se eviten despidos a causa de la epidemia mediante la aplicación de mecanismos de flexibilidad laboral como reducciones de jornada y ajustes temporales de empleo ("estaremos vigilantes en la protección de los derechos laborales", afirmó); concesión de líneas de liquidez y de crédito a pequeñas y medianas empresas (pymes) para evitar que la tensiones de liquidez deriven en insolvencias; y medidas de apoyo específicas para los sectores turístico y de transporte, hasta ahora los más afectados.

Sánchez sostuvo que el impacto de la epidemia está golpeando especialmente al sector servicios y que podría haber afectaciones a otros si se rompen las cadenas de suministro. El presidente apeló a la responsabilidad del resto de las fuerzas políticas para dotar a España de unos presupuestos generales de Estado que permitan -dijo- adaptar "la política fiscal a una nueva realidad" y que además es "cambiante".

"Haremos lo que haga falta, cuando haga falta y donde haga falta", expresó el presidente.

En el Consejo Europeo, Sánchez reclamó mecanismos de liquidez para las pymes, flexibilización de los objetivos de déficit fiscal de los Gobiernos para disponer de mayor margen presupuestario y fondos europeos para ayudar a quienes pierdan el empleo por la epidemia.

Las Bolsas europeas, que recuperaron por la mañana una parte de lo perdido en la gran caída de la víspera (animadas por los cierres en verde en Asia), terminaron un día más en rojo pese a que Nueva York volvió a la senda positiva: Londres cedió el 0,09%, Fráncfort, el 1,41%; París, el 1,51%; Madrid, el 3,21 % y Milán, el 3,28 %.