El bilbaíno José Entrecanales (1899-1990) y el cántabro Santiago Corral (1907-1989) fueron dos destacados ingenieros de Caminos que compartían, además de profesión, una pasión común: la pintura, en concreto la obra de los paisajistas españoles de finales del siglo XIX y principios del XX. Uno y otro reunieron sendas colecciones de pintura de gran relevancia, en las que además tenían un peso singular los dos únicos pintores impresionistas españoles: el madrileño Aureliano de Beruete y el riosellano Darío de Regoyos. Ahora, estas dos grandes colecciones, que en su mayor parte permanecen en manos de los herederos de los dos ingenieros, se reúnen en la exposición "Beruete, Regoyos y el paisaje en las colecciones de los ingenieros José Entrecanales y Santiago Corral", que se puede visitar en el Museo de Bellas Artes de Bilbao hasta el próximo 15 de junio.
Comisariada por el asturiano Javier Barón Thaidigsmann, jefe del área de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo Nacional del Prado, la muestra concentra un total de 70 obras: 39 de Beruete, 18 de Regoyos y el resto de pintores coetáneos como Joaquín Sorolla (cuatro obras), Agustín Riancho (cuatro obras), Francisco Gimeno (tres obras) y Santiago Rusiñol (dos obras).
"Esta exposición es una reivindicación de la pasión por la pintura de dos coleccionistas, José Entrecanales y Santiago Corral, que consiguieron reunir las dos colecciones de paisaje español moderno más relevantes de cuantas se reunieron en España", destacó ayer Javier Barón, en la presentación de la muestra, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. El historiador del arte reivindicó además el "tino" de los dos ingenieros, que "acertaron también al conseguir una gran aportación de los pintores de paisajes más cosmopolitas, los de mayor calidad y mayor interés".
El olfato de los dos coleccionistas es aún más reseñable si se tiene en cuenta que tal y como revelaron ayer dos de los hijos de ambos, Juan Entrecanales y María de Corral, uno y otro no tenían relación entre sí y adquirían obras, los dos, en función de su propio gusto, y sin asesoramiento de expertos.
"Mi padre", explicó María de Corral, "reunió aproximadamente 980 obras, que en casa ya estaban colgadas hasta en las puertas correderas. Pero era muy divertido porque a él le encantaba, y le encantaba explicárnoslo; cada domingo nos llevaba a un museo". De hecho, María de Corral heredó de su padre el amor por el arte, y termino ella misma dedicándose a la crítica y el comisariado de arte.
Aunque el grueso de las obras de ambas colecciones permanecen en manos de los herederos de los dos ingenieros, algunos de sus cuadros terminaron en pinacotecas de prestigio como el propio Museo de Bellas Artes de Bilbao o el Museo del Prado, y se han reunido con sus "hermanos" para esta gran muestra. Es el caso de "Pino de Béjar", un lienzo de Darío de Regoyos de 1900, que forma parte de los fondos del Prado, o de otra obra señera del riosellano, "La ría de Bilbao", fechada hacia 1910 y que fue donada por la familia de José Entrecanales a la gran pinacoteca bilbaína en 1994, apenas cuatro años después de la muerte del ingeniero.
"No figuraba en el testamento, pero mi hermana recordaba que mi padre quería que ese cuadro en concreto se donase al Museo de Bellas Artes de Bilbao, y así lo hicimos", desveló Juan Entrecanales. El hecho de que ambos coleccionistas llegasen a reunir tanta obra de Beruete y Regoyos (María de Corral cifra en 43 las obras de Beruete y 25 las de Regoyos que llegó a poseer su padre) tampoco es casual. Según relató Javier Barón, durante una visita guiada para los medios y empleados del museo por la exposición, una hija de Regoyos, Isabel, casó con un hijo de Beruete, Aureliano (que llegó a ser director del Museo del Prado) y, posteriormente, vendió buena parte de la colección que ambos habían heredado. Un fondo en el que estos dos ingenieros amantes del arte adquirieron varias obras.
