Pasadas las diez de la noche, mientras en Madrid Pedro Sánchez se retiraba después de la comparecencia posterior a más de siete horas de lo que dijo fue un "debate intenso y sosegado", el presidente del Principado empezó celebrando haber tomado la delantera frente a la pandemia del nuevo coronavirus. Casi todas las medidas adoptadas ayer en el Consejo de Ministros, festeja Adrián Barbón, "ya han sido aplicadas por el Gobierno de Asturias", y menciona los cierres de negocios y locales hosteleros, los de los colegios y los museos, las restricciones de las visitas a determinados centros sociosanitarios...

El jefe del Ejecutivo regional, que siguió las pautas que llegaban desde Madrid en una reunión con la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa; el consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz, y el Vicepresidente, Juan Cofiño, se puso asimismo sin fisuras a las órdenes del "mando único" que dirigirá las evoluciones del estado de alarma desde el Gobierno central y evaluó sin objeciones las medidas que dan "un paso más" respecto a lo ya aplicado en el Principado y sobre todo las que restringen al máximo el movimiento de personas. "La experiencia china demuestra que el aislamiento es el mejor remedio para evitar la extensión del contagio", avanza Barbón antes de vaticinar que "la batalla va a ser durísima" o que la ganará "el orgullo" de una región que "nunca se ha rendido". Eso sí, las próximas semanas "van a ser muy duras", advirtió, preparando y preparándose para un incremento inminente "de los contagiados y de los fallecidos".

Adrián Barbón: "Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado interendrán si se incumplen las restricciones"

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Antes de que el martes todo esto se complete con el paquete de compensaciones económicas de apoyo a empresas, autónomos, trabajadores o colectivos vulnerables, el Presidente pide al Gobierno central "máxima ambición" en las medidas paliativas pendientes, que entiende que se aplazan porque "se está avanzando" en nuevas estrategias económicas, y porque "habrá habido debate en el Consejo de Ministros", dado que esta crisis tiene, asume, "consecuencias durísimas en el ámbito económico". "Imagino que es porque quieren precisar aun más", subraya antes de pasar a pedir esa "ambición", toda la posible, para evitar que la crisis sanitaria degenere en crisis económica.

Sabiendo que según algunas fuentes fue el abordaje de estas compensaciones uno de los motivos de discrepancia entre los ministros del PSOE y los de Unidas Podemos en el Consejo de ayer, Barbón esquivó la derivada política del coronavirus asegurando que aquí no se pone a prueba la resistencia y la estabilidad del Gobierno de coalición. "Se pone a prueba a España, y a Europa" como "epicentro de la pandemia". "Más que al Gobierno, que ha tomado la decisión de unificar el mando porque es consciente de que esta situación hay que controlarla, nos pone a prueba a todos como sociedad". Es en este punto donde el Presidente agradece a la oposición asturiana "lamuestra ejemplar de que hemos aparcado el debate político y nos hemos puesto a remar todos en la misma dirección. En España también debe ser así", resaltó.

En el capítulo de las acciones inminentes, por lo demás, Barbón anunció para mañana la concreción por decreto de la manera de afrontar la situación de alarma en la Administración asturiana, precisando que "ya no tienen que acudir" a sus puestos aquellos empleados públicos "que padezcan patologías previas, las personas inmunodeprimidas o las embarazadas". Además, el Gobierno trabaja con vistas a poder tener listo ese mismo día el decreto que definirá "qué servicios son esenciales y no se pueden dejar de prestar de manera presencial" y dónde regirán los criterios del teletrabajo.

El Gobierno suspende además su agenda ordinaria dejando por boca del presidente un mensaje de agradecimiento a los profesionales sanitarios y a los que hacen posible el abastecimiento de medios a la población, otro de "tranquilidad" por el suministro y otro de seria advertencia: "A aquellas personas que ya están en Asturias y que han venido de 'zonas calientes', como Madrid, el País Vasco o Italia, deben autoimponerse la obligación de evitar el contacto social. Ellos pueden pensar que están sanos y convertirse en un vector de contagio".