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Gijón se mete en casa con calma

Las principales calles quedan desiertas tras un agitada mañana en los paseos marítimos l Largas colas en los súper: "Barrieron con todo"

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Primer dia cierre de Gijón por el coronavirus

Gijón apagó ayer poco a poco su agitada vida cotidiana para cumplir con el estado de alarma por el coronavirus. La mañana arrancó agitada. Con prisas, nervios y largas colas de clientes en las líneas de caja de los supermercados pugnando por el último rollo de papel higiénico. Hubo ciudadanos paseando al sol del muro de San Lorenzo, indiferentes a la imparable expansión de una pandemia que también se ha llevado por delante la Semana Santa gijonesa. No habrá procesiones este año, acordaron las hermandades. La jornada terminó con patrullas de la Policía Local recorriendo las calles vacías, recordando, como en Italia, la importancia de no salir de casa, vigilando que todos los negocios no imprescindibles estaban con la persiana bajada, bajo advertencia de multa. Solo ayer ya se sancionó a 20 establecimientos que desoyeron la normativa aprobada hace dos días.

A las seis de la mañana, Fernando Miguel, un repartidor de un supermercado, llenó su camión. Eran las once cuando realizaba su cuarta descarga en la calle de Los Moros. "Cuando bajo el papel higiénico me dicen que tenga cuidado, que no llegó. Está volando, se vende como churros", contaba, sardónico. Estaba en lo cierto. La estampa de las estanterías vacías, una imagen ya clásica en la crisis del COVID-19, se repitió en Gijón.

A destajo y en el anonimato, los reponedores de los supermercados, trabajan para llenar las calvas en los estantes de los alimentos perecederos. Sin éxito. "Han barrido con el papel, las lentejas y el pan de molde", aseguraba una trabajadora de una superficie comercial ubicada en la avenida Portugal. Las colas eran largas y parecían eternas. "Estuve 20 minutos para lo más básico", reconoció Andrea Cancio tras comprar en la calle Instituto.

Algunos comercios de ropa sí abrieron sus puertas media mañana. Pero el desplome de la clientela tenía a los encargados mano sobre mano. Ociosos, les sobraba tiempo para darle vueltas en la cabeza a la crisis económica que se aproxima. José Arconada regenta una céntrica tienda de deportes. "Cerrar dos semanas es un drama. Tendré que pedir un crédito", lamentaba.

Los trabajadores por cuenta ajena mascullaban el temor. María Luisa Santoro es limpiadora en un restaurante de comida rápida. Aunque el local ha cerrado al público mantiene el reparto a domicilio. "Si se cocina, hay que limpiar ", explicaba. "Nos dan máscaras, pero no sabemos de qué valen. ¿Que si tengo miedo? Sí, por supuesto que sí", agregaba.

Gijón se vació con el paso de las horas. Decenas de paseantes exhibieron su despreocupación paseando de buena mañana por San Lorenzo. En el Campo Valdés, Isabel Álvarez, Isabel González y César Peña tomaban el sol. "No somos inconscientes", argumentaban.

Cerca, en un banco, Pilar Cuesta y Pilar Rodríguez, dos vecinas de 75 y 72 años, compartína, respetando la distancia, asiento con Diana Romero, de 28. "Da miedo porque por la tele no dan otra cosa. Estoy cansada de estar en casa", decía la mayor. A unos pocos metros, Saray Sacristán encuadraba con su teléfono en una foto a su novio, Sergio Barrio. "Algo asustados sí estamos, pero si se mantiene la distancia y nos lavamos la manos no creemos que pase nada", decían.

Otros se autoimpusieron como una frontera infranqueable la puerta de su casa. Alejandro Garea, de 26 años, hasta tomó el vermú en la terraza de su piso para no pisar la calle. "Si hay que estar los 15 días en casa, qué remedio. Acabaremos como Jack Nicholson en "El Resplandor", bromeaba.

El coronavirus canceló la Semana Santa de Gijón. No habrá procesiones ni pregón. "La gravedad de la situación nos obliga", reconocieron los responsables de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales. Los fieles podrán seguir rezando. La iglesia de San Pedro emitirá la eucaristía por Youtube para evitar concentraciones. Una medida más de tantas para seguir desconectando Gijón poco a poco contra el coronavirus.

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