Las iglesias asturianas harán sonar sus campanas a las doce del mediodía con el fin de invitar a que la gente, que está recluida en sus hogares por el estado de alarma, rece para apoyar a los trabajadores que tienen que enfrentarse a la pandemia de coronavirus. A la iniciativa ya se han adherido templos como la Catedral, el Monasterio de San Pelayo (Oviedo), el Santuario de Covadonga, la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús (Gijón) o San Lorenzo (Gijón), entre otros.

La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española, de la que forma parte el Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, invita “a todas las diócesis que lo consideren oportuno, a que a la hora del Ángelus (12 horas) suenen las campanas de nuestros templos para invitar a orar a quienes permanecen en casa y hacer llegar, a quienes sirven y trabajan, la ayuda del Señor y el agradecimiento de la Iglesia”.

Los obispos señalan que “en estos días de singular y dolorosa experiencia ciudadana y eclesial a la que nos ha llevado la pandemia del coronavirus, la Iglesia Católica está llamada a ofrecer sus recursos a favor de los afectados así como la presencia del Señor que salva, animando a todos los cristianos a interceder ante la Madre de Dios, que nos ampara y escucha nuestra oración”. “Así -explican en la misiva- proponemos que a las 12 del mediodía suenen las campanas para mostrar nuestro agradecimiento y fraterna solidaridad".

En concreto, la Iglesia Católica en España llama a orar por:

-Por los enfermos contagiados por el virus, por sus familiares, por quienes están en cuarentena y por otros enfermos que ven afectada su atención por la prioridad de atajar esta pandemia.- Por los trabajadores de todos los Centros y Servicios Sanitarios, y todos los servicios públicos. Por los equipos de Emergencias, los de Protección Civil y por las Fuerzas de Seguridad del Estado.- Por los Equipos de Pastoral de la Salud y por los voluntarios.- Por las personas de riesgo: niños, mayores y enfermos crónicos.- Por los padres, madres, abuelos y educadores.- Por los que están viviendo esta situación de emergencia en soledad.- Por quienes carecen de hogar o de lo imprescindible para vivir.- Por las diversas autoridades públicas.- Por los sacerdotes, los monasterios de vida contemplativa y la vida consagrada, que con su oración y entrega siguen dando esperanza a todos los ciudadanos.