-Señora, no puede salir a pasear, está totalmente prohibido. Tiene que estar usted en su domicilio.

-Es que yo daba por sentado que en esta zona que no hay gente sí podía salir.

La conversación tuvo lugar ayer por la mañana en la carretera que une Las Campas con San Claudio, a la altura de Las Mazas. El subinspector de la Policía Local de Oviedo Bernardo González informa a una mujer de que no están permitidas las actividades de ocio. Ni pasear.

La Policía Local recorre las calles del municipio informando a las personas que se encuentra de la obligatoriedad de quedarse en casa. LA NUEVA ESPAÑA acompañó ayer por la mañana a una patrulla del cuerpo de seguridad municipal para pulsar la situación en el primer día de aislamiento.

El recorrido comienza por el centro de Oviedo, donde todo está en orden. Las pocas personas que hay por la calle "se ve que van a hacer la compra o han sacado al perro", comenta el subinspector. La patrulla se adentra en el Campo San Francisco. Una decena de ovetenses pasea con sus animales de compañía. "Aunque sea para sacar al perro, no está permitido que se agrupen", apunta González. No es así, las personas están aisladas y parece que tienen clara la recomendación. "En cuanto el perro haga sus necesidades me vuelvo a casa", dice un hombre. Otro le pregunta a los agentes que si puede ir a comprar el pan en bicicleta. "Hombre, si va usted con unas mallas y un casco entiendo que va a hacer deporte, y lo mejor es que vaya caminando y sin correr riesgo porque cualquier accidente supondrá la atención de servicios sanitarios, que están muy ocupados".

La emisora advierte de que en la zona de Las Campas hay bastantes vecinos en la calle. La patrulla se dirige allí. En Vázquez de Mella una decena de personas hacen cola para entrar en la panadería, más de un metro de distancia entre cada una de ellas. "Eso es lo que hay que hacer, está perfecto", comenta el subinspector.

En el barrio de La Florida hay más gente por la calle que en el centro. Unos van con el pan, otros con el periódico y muchos con sus animales de compañía. Nada hace pensar que estén incumpliendo el decreto. La mayoría mira de reojo al coche policial. En Las Campas tampoco se aprecia nada anormal que haga intervenir a la Policía.

La cosa se complica en la zona rural. Paseantes, personas en bicicleta y hasta un hombre en un quad que hace sospechar a la Policía. Las sanciones pueden ser muy elevadas en caso de no cumplir con la orden de confinamiento. Las multas, explica el subinspector, llegan hasta los 1.500 euros en caso de faltas leves, hasta los 30.000 euros si la falta es grave y hasta los 600.000 euros si el incumplimiento se considera muy grave. "Nosotros no sancionamos, ahora dependemos directamente del Ministerio del Interior. Tramitamos la denuncia, describimos los hechos y la enviamos a Delegación del Gobierno, que es donde deciden la gravedad de los hechos y la sanción económica", explica el subinspector.

Por las aceras de la carretera de San Claudio el coche patrulla se para varias veces. La gente pasea. Enfundados en mallas y camisetas fosforescentes, los caminantes hacen deporte ajenos a la norma. Bernardo González le dice a su compañero que pare el coche y baja la ventanilla para pedir colaboración a los paseantes. "Estamos en estado de alarma, es una urgencia sanitaria y esto no se puede hacer, está prohibido", les dice.

La Policía intenta concienciar. "Tenemos una doble misión, la de hacer cumplir el decreto y mantener la seguridad, pero también la de infundir tranquilidad en la población", reflexiona González.

El coche se para otra vez a la vista de otro paseante. El hombre se acerca al coche patrulla y González le pide por favor que mantenga la distancia y le informa de que no puede salir a caminar. El hombre responde que lo hace por prescripción médica, que tiene problemas de riñón y le han dicho que tiene que caminar entre 10 y 20 kilómetros al día. El mismo argumento se repite más tarde. "Estoy operado del corazón y me han dicho que tengo que caminar, hoy hago un recorrido mucho más corto que otros días y regreso a casa", dice el hombre. La Policía les permite continuar.

Saliendo de San Claudio el coche patrulla se cruza con un ciclista. Le dan el alto y le dicen que está prohibido hacer deporte. "De acuerdo, voy para casa", se resigna. En ese momento tras el coche patrulla frena un quad. El subinspector se para y pregunta al conductor que adónde se dirige. El chico explica que a comprar el pan a San Claudio. Lo que no sabe es que González conoce perfectamente la zona. "Pues vas en dirección contraria, a San Claudio no se va por aquí, vete para casa por favor".

Los agentes aún no han tenido que enfrentarse a problemas graves pero son conscientes de que en los próximos días la tensión probablemente se incremente. "No queremos llegar a tener que imponer sanciones o tomar otras medidas, queremos que la gente esté tranquila, pero hay que quedarse en casa", resume el subinspector.

Entre las tareas de la Policía Local se encuentra no solo pedirle a los ciudadanos que regresen a sus domicilios, sino comprobar que los establecimientos que por decreto pueden permanecer abiertos cumplan las medidas necesarias. González explica cómo a lo largo de la mañana tuvo que pedir a un supermercado que cerrase sus puertas, "había demasiada gente dentro y pedí al encargado que cerrase hasta que saliesen los clientes y así pudiesen entrar otros, lo entendió perfectamente", explica.

La Policía Local pide la colaboración ciudadana, conscientes de lo complicado que puede ser para muchos cumplir las normas pero exigen que así se haga para que el aislamiento que busca reducir el impacto del coronavirus sea efectivo. "Seguridad y tranquilidad" es su máxima.