Las sanciones por incumplir el confinamiento en los hogares se suceden en Asturias. Y, junto a ellas, situaciones curiosas o excusas peregrinas de algunos ciudadanos para saltarse las normas.

En Gijón se vivieron dos casos llamativos. Sobre las once de la mañana, una patrulla de la Policía Nacional se detuvo en la playa de San Lorenzo al ver que un individuo se encontraba bañándose. Cuando fueron a recordarle la prohibición, el hombre, de 56 años, justificó su acción diciendo que "estaba haciendo la compra" y que necesitaba "refrescarse" por la situación de encierro. Pero no llevaba ni bolsas de supermercado ni documentación, por lo que los agentes le montaron en el vehículo y le llevaron hasta su casa para identificarle y proponerle para sanción. Y de San Lorenzo al paseo de Begoña, donde un vehículo policial informó por megafonía a los presentes -había varias personas en el parque- que la situación actual del país impedía que estuviesen allí. Todo el mundo atendió al requerimiento de los agentes, menos dos individuos que hicieron caso omiso. Los dos policías se bajaron del coche: uno de los incívicos ciudadanos salió corriendo mientras que el otro se quedó allí. Cuando le pidieron la documentación ofreció datos falsos. Les dijo que había ido a hacer la compra, pero ni rastro de bolsas. Le pidieron que se fuera a casa, pero se negó alegando que "en casa me aburro". Ante la chulesca actitud, le instaron a subirse al coche para llevarle a identificar a Comisaría. Fue entonces cuando el individuo, de 56 años, acometió violentamente contra uno de los policías. Acabó detenido. En Gijón fueron propuestas para sanción el lunes cincuenta personas.

Otros dos detenidos -y nueve vecinos sancionados- hubo también el lunes en Langreo. Sobre las 21.15 horas, agentes de la Cuerpo Nacional de Policía procedieron a dar el alto a un vehículo que iba ocupado por cuatro personas, a la altura de la glorieta situada junto al estadio de Ganzábal. Comprobaron que el conductor carecía de permiso de conducción y que el coche no tenía seguro en vigor y, además, el certificado de la ITV había caducado. Por ese motivo, se detuvo al conductor, que tendrá que comparecer ante el juez. Ese mismo día, sobre las 17.15 horas, en la calle Dolores Ibárruri de La Felguera, los agentes intentaron identificar a un hombre que circulaba en bicicleta incumpliendo el decreto del estado de alarma y que llegó a amenazarles. Además, "fue necesario proceder a su reducción y detención por resistencia y desobediencia". La Policía Local comprobó después que el detenido ya había sido identificado varias veces por encontrarse al aire libre en diversos lugares del concejo sin causa justificada.

La Policía Local de Oviedo se vio obligada ayer por la mañana a denunciar a cuatro personas por saltarse la obligación de quedarse en casa. Uno de los casos se corresponde con una mujer que estaba paseando a un perro muy lejos de su domicilio sin justificación. También fueron multados dos hombres que se resistieron a las autoridades cuando fueron advertidos. Uno de ellos había salido a correr y el otro estaba paseando. Tanto en Oviedo como en Gijón, desde el Ayuntamiento aclaran que estos casos son "puntuales" y que la mayoría de las intervenciones de agentes son de advertencia.

"¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le importa lo que yo diga?". Pocos conciertos tuvieron un comienzo más reivindicativo que el que ayer ofreció desde la ventana de su casa el avilesino Iván Arrimada. Tras haber sido denunciado el lunes por un vecino, el cantante de Versalles volvió a coger el micrófono a las 19 horas con la clara intención de alegrar la tarde a los parroquianos. "Me reitero, vamos a hacer que la tarde cambie de color. Gracias a todos", gritó a través de los altavoces. Su recital ayer no fue abortado por la Policía y hoy volverá a cantar.

En Ávilés hubo ayer trece sancionados por la Policía Local. En Gozón fueron tres y en Corvera, solo uno. Y si en Versalles hay concierto desde la ventana, en el barrio del Nodo se pasean por las noches mascotas de peluche para incumplir el decreto de alarma. Algunas tienen forma de perro, aunque hay hasta lagartos de gran tamaño y colores fosforito.