"¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le importa lo que yo diga? Yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré". Pocos conciertos tuvieron un comienzo más reivindicativo que el que esta tarde ha ofrecido desde la ventana de su casa Iván Arrimada. Tras haber sido denunciado ayer por un vecino, el cantante de Versalles volvió a coger el micrófono a las 19.00 horas de hoy con la clara intención de alegrar la tarde a los parroquianos. "Me reitero, vamos a hacer que la tarde cambie de color. Gracias a todos", gritó a través de los altavoces, mientras entre los aplausos del vecindario sonaban los primeros compases del "A quién le importa de Alaska" con los que comenzó el recital.

"Nos parece fenomenal que cante por la venta. Es lo mejor que hace. Nos alegra a todos la tarde", aplaudía Laura Melero, vecina Versalles, a la que el inicio del concierto de Arrimada le pilló paseando al perro. "Es una maravilla. Nos anima y no hace daño a nadie. Alegra la tarde a la gente mayor", afirmó Nagore Gutiérrez mientras daba palmas al ritmo de Arrimada desde su ventana.

Coincidía el comerciante Orencio Almendro, que siguió desde su tienda de ultramarinos, en primera fila, el recital. "Me parece estupendo. Sin excederse en horarios como está haciendo hasta ahora es una buena iniciativa", destacó.

A diferencia de ayer, hoy ningún vecino llamó a la Policía para clausurar el improvisado concierto. "Estoy muy feliz y contento. Esto nos ayuda a todos: a mí, porque puedo cantar y a los vecinos, porque les entretengo la tarde", ha destacado Arrimada tras el recital, en el que estuvo acompañado por su hija Sayoa, de 13 años. "Ella está acostumbrada a meterse en todos los saraos de su padre y lo ha disfrutado mucho", afirmó.

Tras el nuevo éxito cosechado esta tarde, Arrimada ya ha adelantado que mañana volverá a cantar. Será a las 19.00 horas. Su público ya le espera.