Arcelor-Mittal reducirá producción de forma relevante y parará instalaciones en Asturias (entre ellas, el horno alto "A", uno de los dos con los que cuenta la cabecera siderúrgica asturiana) para adecuar su actividad a la caída de la demanda de acero a consecuencia de la epidemia del coronavirus y de las medidas de contención decretadas con la declaración del estado de alarma nacional, que están impactando en la actividad industrial de sectores consumidores, con paradas fabriles en las plantas de automoción y en compañías de transformación y centros de servicio del acero. Otra multinacional de referencia, Saint Gobain, cerrará temporalmente su factoría de Avilés por la misma causa.

ArcelorMittal. La dirección de la multinacional siderúrgica ha planteado una importante reducción de la producción (no cuantificada) que entrañará la paralización de uno de los dos hornos altos (el "A", que estaba obligado a parar a fines de 2022 por razones técnicas), así como la de uno de los sínter que aportan el mineral a los hornos altos y la línea de galvanizado número 2, que suministra a la industria del automóvil. Además, la acería de Avilés operará a media capacidad, por lo que se aplaza la entrada en servicio tanto del convertidor actualmente en reparación como de la nueva máquina de colada continua de la instalación. La compañía revisará a su vez todas las inversiones programadas, incluida la que está en curso para dotar a la fábrica de Gijón de la segunda fase de las nuevas baterías de cock.

Para los talleres de la división de productos largos (el área fabril más vulnerable y afectada en los últimos tiempos por la caída de precios del acero en Europa y la importación masiva de productos extracomunitarios a bajo precio), la compañía está evaluando diversas opciones actualmente en estudio.

Por el contrario, la línea de hojalata mantendrá la producción y no se verá afectada, dado que cuenta con una elevada demanda como consecuencia del alza de consumo de conservas en lata desde que empezó el confinamiento de la población y se produjeron acaparamientos en las tiendas de comestibles por el temor al riesgo de desabastecimiento, lo que ha sido descartado tanto por las autoridades como por las empresas de distribución.

La decisión de ArcelorMittal también se aplicará en otras instalaciones europeas, afectadas por los cierres temporales de plantas automovilísticas y centros de transformación de acero a causa del coronavirus COVID-19. Junto con el horno alto "A" de Gijón, pararán otros tres más en la UE, repartidos entre Dunquerque y Fox (Francia) y Bremen (Alemania), y se aplazará la reactivación de otro en Cracovia (Polonia), el único que la compañía tenía parado en este momento en el continente.

La empresa explicó a los sindicatos que cuenta con cartera de pedidos para el segundo trimestre pero carece aún de garantía suficiente de carga de trabajo para el tercero, lo que obliga a adaptar la capacidad a la demanda.

La multinacional siderúrgica, que no precisó el volumen de producción y empleo afectados (algunos sindicatos estiman que podría afectar a más de un millar de trabajadores), se acogerá a la nueva normativa sobre expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por fuerza mayor . Los sindicatos rechazan la aplicación de esta normativa y exigen, bajo la amenaza de emprender "contundentes" acciones sindicales y jurídicas, que se recurra en todo caso al ERTE que tienen pactado en Asturias desde 2009 las organizaciones sindicales y la empresa, y al que se recurre de forma intermitente cuando lo exige la situación del mercado, cuyas condiciones económicas son más favorables para los trabajadores: garantiza la remuneración del 90% del salario (además del 100% de las pagas extras y las vacaciones, lo que suma entre el 93% y el 95% de la remuneración total) mientras que el ERTE por fuerza mayor ofrece el 70% y se reduce al 50% a partir del sexto mes. Si se optase por esta segunda vía como anunció ayer la empresa, los comités laborales demandan que la empresa compense la diferencia.

Saint-Gobain. La dirección d comunicó al comité de trabajadores de la fábrica de Avilés la decisión de cerrar la planta "mientras dure el estado de alarma". Los trabajadores afectados son 470, de ellos 420 fijos de plantilla y el resto, eventuales. Al margen, habrá con toda seguridad afectación entre empresas subcontratistas (limpieza, mantenimiento, transporte...) por "efecto dominó". Los mandos de la factoría y los responsables sindicales negocian los términos del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a aplicar para hacer efectiva la paralización productiva.

Capsa está a plena producción y Ence prevé que suba el precio de la celulosa

La medida fue justiciada por la empresa -según se expuso a los sindicalistas- ante la "debilidad financiera" del grupo Saint-Gobain, que haría imposible soportar los costes de mantener la producción en un momento en que la actividad económica está bajo mínimos y, más en concreto, con las industrias de automóviles españolas (a las que la fábrica de Avilés suministra parabrisas) cerradas.

El cierre de la línea de productos para automóvil ya se hizo efectiva a las 14.00 horas de ayer. Respecto al horno float (el que produce el vidrio básico que posteriormente se transforma en otras dependencias de la factoría), la intención de Saint-Gobain es dejarlo parado "en caliente" para facilitar su arranque cuando finalice el ERTE. La intención de la compañía es parar también las líneas de vidrio básico y para la construcción en el mismo periodo de tiempo. Al igual que la fábrica de Avilés, Saint-Gobain cerrará su centro de producción de Arbós (Tarragona).

Alu Ibérica. La fundidora de aluminio de Avilés, Alu Ibérica (antigua Alcoa), trabaja bajo mínimos desde el pasado viernes, pero la compañía no ha planteado a los trabajadores un escenario de cierre por razones de fuerza mayor. Tocada ya de antemano por la singularidad de que Alcoa dejó de fabricar aluminio electrolítico en Avilés en 2019 debido a los altos costes eléctricos, la dirección de Alu Ibérica, de acuerdo con el comité de empresa, ha reducido al mínimo imprescindible el número de empleados que acuden a la planta y los que lo hacen siguen un escrupuloso protocolo de seguridad.

Azsa. La otra fundidora de metal de Avilés, Azsa, mantiene la producción en sus parámetros normales y tampoco ha expuesto a los sindicatos la necesidad de ERTE en estos momentos. Lo que sí se ha puesto sobre la mesa es la revisión de las inversiones que no sean "imprescindibles" a la espera de que cambien las circunstancias generadas por la pandemia.

Capsa. La fuerte demanda de productos alimentarios en plena crisis de la pandemia está tirando de las ventas de los productos lácteos de Central Lechera Asturiana, entre otras producciones de empresas agroalimentarias. La planta de Capsa en Granda (Siero) está a plena producción para abastecer una demanda muy elevada de leche y otros productos lácteos de la marca asturiana en las tiendas aunque ha quedado cancelado el suministro a hostelería por el decreto que forzó a cerrar bares y restaurantes. Un asturiano que se encuentra estos días en Barcelona comentó a este diario que en algún híper de una gran cadena en la capital catalana la leche de la marca asturiana estaba ayer totalmente agotada.

Ence. El elevado acaparamiento de papel higiénico en supermercados está suponiendo un fuerte impulso para la industria papelera especializada. De momento, este repunte no ha alcanzado a la producción de la materia intermedia (la celulosa) que Ence produce en Navia y en Pontevedra porque aún hay "stocks" en las fábricas, pero no se descarta que, de persistir la tendencia en los países afectados por la epidemia, acabe por elevar la demanda para las plantas que transforman la madera en pasta de papel y que, en consecuencia, repunte el precio de la celulosa, que había sufrido una fuerte caída en el pasado ejercicio. La planta de Navia trabaja con normalidad tanto en la producción de celulosa como de electricidad, aunque se han adoptado medidas preventivas para evitar contagios, mediante controles diarios de temperatura, limitación de las personas que coinciden en vestuarios y otras.

Thyssenkrupp. En las instalaciones de la compañía alemana en Mieres y Gijón la actividad es normal, dijeron medios de la empresa, salvo en que se han reforzado las medidas de prevención. Fuentes de la plantilla denunciaron deficiencias en esas medidas en el caso de a planta de Thyssenkrupp Airport Systems, en Baiña (Mieres).

Otros. La empresa minera Orovalle, productora de oro en Belmonte y Salas, no ha sufrido ninguna afectación en la extracción y logística. Du Pont mantiene sus actividades en el valle de Tamón con normalidad y no se plantea por ahora regulaciones. Lo mismo es aplicable Fertiberia y al Grupo Daniel Alonso En todos los casos las producciones no han sufridos recortes y los trabajadores acuden a sus puestos entre medidas de seguridad extremas.