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Nacer en tiempos revueltos

Los bebés del aislamiento, ni tarjeta sanitaria, ni libro de familia, ni paseos al sol: "Yo lo acerco a la ventana", dice la reciente madre Teresa Fernández

Teresa Fernández, con su hijo Antonio en el HUCA. LNE

Antonio no se acordará, pero cuando sea mayor alguien le contará que nació en medio de una de las mayores crisis que ha vivido un mundo al que llegó el 10 de marzo de 2020, y que vivió sus primeros días bajo un estado de alarma que no dejaba a sus padres pasearle en carricoche, y, lo que es peor, que no permitía que recibiese los primeros achuchones de su familia.

Antonio nació en el HUCA el martes pasado. Durante el ingreso, su mamá no pudo recibir apenas visitas. El Hospital Central de Asturias ya era el centro neurálgico de la lucha contra el coronavirus y "solo dejaban las visitas de uno en uno, y al padre ya se le consideraba visitante", explica la madre, Teresa Fernández. También mucha gente decía que mejor no iban al HUCA y que ya se acercarían a verle cuando estuviese en casa. No fue así. El pequeño llegó a casa el jueves por la tarde, poco antes de que se decretase el estado de alarma y con él la prohibición de salir de casa a no ser que sea estrictamente necesario.

El pequeño permanece completamente ajeno a todo, pero sus padres, Teresa Fernández y Antonio Barrial, pasan por situaciones que nunca se imaginaron. La madre confiesa que lo peor "es la pena de que no pueda conocerlo su familia" y dice que le da "mucha rabia". Y que los más allegados, como abuelos o tíos, también se lamentan de que cuando conozcan al pequeño "ya tendrá más de un mes". Eso sí, hay un tío de la mamá que tiene un poco más de suerte, todas las mañanas acude a echarle una mano con la compra y la atención de Alonso, el otro hijo del matrimonio, de 3 años de edad, hasta que Antonio, el padre de la familia, llega del trabajo.

Pero esa pena no es a lo único a lo que ha tenido que enfrentarse la pareja. En pleno estado de alarma, los trámites que se deben hacer nada más nacer un niño han quedado en suspenso hasta nuevo aviso. Así que Antonio no está inscrito en el libro de familia ni tiene tarjeta sanitaria.

"Cuando nació lo inscribimos en el registro del HUCA, pero luego hay que ir al Registro Civil para que figure en el libro de familia, y eso ya no lo pudimos hacer", explica Teresa. Tampoco han podido incluir al pequeño en su tarjeta sanitaria, eso sí, está recibiendo toda la atención médica necesaria. "Llamamos al centro de salud y nos dijeron que fuese una persona a las nueve de la mañana de hoy (por ayer) a pedir cita para la revisión de la primera semana. Nos la dieron para la una de la tarde y no ha habido ningún problema", explica la madre. Atendieron al bebé y le dieron una recomendación: "Si se pone un poco amarillo por la ictericia, yo lo pongo al cerca de la ventana".

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