Contra el viento y la marea de coronavirus, los profesionales del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) lograron realizar esta pasada madrugada un trasplante de hígado. Llegado desde Galicia, fue implantado a una mujer.

El martes también realizaron uno de riñón, con un órgano enviado desde Murcia. Y la semana pasada se registraron en el Principado tres donaciones de órganos. Un notable éxito, una buena noticia en tiempos sanitariamente muy convulsos, tiempos de pandemia, en los que algunos hospitales del país han tenido que ralentizar, o incluso paralizar, este tipo de actividad.

El trasplante de esta noche comenzó sobre las doce y culminó a las ocho de la mañana.

"Todo ha ido muy bien y la paciente está en la UCI", indicaron fuentes del HUCA. Intervinieron los efectivos habituales: cuatro cirujanos, dos anestesistas, seis enfermeras, una auxiliar, un celador y la coordinación de trasplantes.

Programa sin alteraciones

El Principado ha logrado, hasta la fecha, mantener incólume el programa de donación y trasplante de órganos pese a los condicionantes impuestos por el COVID-19. "En Asturias no hemos visto alterada la actividad. Por el momento, en el HUCA tenemos suficientes camas de UCI", destacó ayer Dolores Escudero, coordinadora autonómica de trasplantes y responsable de la UCI del HUCA.

La doctora Escudero admitió que "el ritmo de donación ha bajado, sobre todo en las zonas más afectadas por la pandemia", y subrayó que el objetivo consiste en "mantener la actividad, aunque ajustándola a la situación de cada hospital y de cada comunidad autónoma".