Al menos 32 alojamientos asturianos permanecían ayer abiertos y a la expectativa. En la lista confeccionada por Otea, la patronal regional de la hostelería y el turismo, hay 18 hoteles, 7 pensiones, 4 casas de aldea y 3 apartamentos, 16 están en Gijón y 10 en Oviedo, y para casi todos empezó la cuenta atrás para el cierre ayer, con la publicación del decreto que obliga a echar la persiana en un máximo de siete días a todos salvo a aquellos que puedan mantener a sus clientes actuales sin acceso a zonas comunes que puedan compartir. Eso excluye a todos los hoteles, pero podría dejar abiertos, con la condición de no admitir nuevos huéspedes, a algunos de los que hasta ayer esperaban una solución para los alojados que les quedan, que en Asturias ya no son turistas de paso, sino clientes de varios colectivos sensibles a los que urge una alternativa de hospedaje. En los establecimientos abiertos -de los 954 consultados por Otea, respondieron 285 de los que 253 ya están cerrados- permanecen trabajadores de contratas desplazados, familiares de enfermos hospitalizados, comerciales, jóvenes tutelados por el Principado o personas en riesgo de exclusión alojadas por ONG's, incluso los pescadores de la campaña de la xarda.

Otea, que mantiene contacto permanente en nombre de todo el sector con el Principado y el Ministerio, espera que en los próximos días se habiliten soluciones de reubicación para estas personas. Algunas casas de aldea o apartamentos podrían cumplir las condiciones exigidas. La situación no es, en todo caso, tan dramática como en otros lugares de España: Andalucía tiene aún 20.000 turistas y en hoteles de las zonas con más impacto del sector empieza a haber serios problemas para dotar al personal del material necesario.