Hace ya casi una semana que los asturianos salen a sus ventanas para aplaudir cada tarde a los sanitarios por su entrega en la lucha contra el coronavirus. Y nadie se cansa de hacerlo. Cada día, a las ocho, la ovación es más intensa y hasta quienes sacan la pandereta y lo que haga falta para que el estruendo llegue a los hospitales.