A falta de mascarillas, reciclémoslas. Bajo esa idea trabaja un equipo coordinado por la Consejería de Ciencia e integrado por la empresa Bioquochem, el Grupo Masaveu, la Universidad de Oviedo, la Guardia Civil y el Ejército. Entre todos calculan que podrán llegar a reutilizar 100.000 mascarillas al día, una cifra que aumentaría hasta el millón si dispusiesen de suficiente personal y material. Los expertos están testando el protocolo de desinfección para posteriormente, en caso de ser viable, iniciar su aplicación masiva.

La prioridad, lógicamente, es desinfectar la mascarilla sin dañar sus fibras o tamaños de poro, críticos en la protección. Para ello, se utilizan tres procesos: el químico, el térmico y por tiempo de vida del virus. También hay que lavarlas, secarlas y almacenarlas durante unos días (una especie de cuarentena) antes de su uso. Todo este proceso será realizado en el centro tecnológico Idonial, en distintos laboratorios de la Universidad de Oviedo, y por parte de voluntarios especializados coordinados por la institución académica. El consejero Borja Sánchez avanzó ayer que la idea "no se limita solo a nuestra comunidad, sino que podríamos producir también para centros que lo necesiten de todo el país".

Otra iniciativa en Gijón

Estos días en Asturias surgen multitud de iniciativas. Como la del gijonés Saturnino Bernedo, con una empresa dedicada a la inspección de cables. Ha creado, con los materiales que tenía en su laboratorio, un prototipo de mascarilla por el que se ha interesado el Centro Médico de Gijón. "El producto es de tres capas: una de algodón hidrófugo, otra de espumilla muy fina y otra de algodón suave", detalla. Sin embargo, el invento ha quedado "en el limbo administrativo". "Es una pena que algo tan rápido de producir quede parado con la emergencia sanitaria que hay", lamenta Saturnino Bernedo, que insiste en que lo hace "sin ningún interés económico".